Un científico australiano observó de casualidad un escarabajo caminando en el agua. Sin embargo, este simpático insecto se encontraba dándole la espalda al fondo del estanque, apoyando sus patas en la parte opuesta de la superficie. El impresionante descubrimiento fue reportado en Ethology.
Las chinches acuáticas (Gerridae) son ampliamente conocidas por su capacidad para caminar sobre el agua. Se mantienen en la capa superficial debido a su peso ligero y al vello de sus patas que les impide mojarse.
Existen arañas con habilidades similares, por ejemplo, algunos miembros de la familia Pisauridae, además de los caracoles Sorbeoconcha physidae, que aprendieron a andar boca abajo en la parte inferior de la película superficial del agua.
Según varios informes, también hay escarabajos que se mueven, confiando en la frontera entre el agua y el aire, pero no por encima del agua, sino debajo de ella. Las menciones de tal comportamiento son raras e incompletas. Nunca antes había sido filmado, hasta ahora.
El descubrimiento
Afortunadamente, el zoólogo John Gould de la Universidad de Newcastle tuvo la oportunidad de observar al escarabajo prodigioso. Ocurrió una noche de octubre de 2015, en la que el científico estaba trabajando en el campo en Watagan Ridge en el estado australiano de Nueva Gales del Sur.
En un pequeño charco, Gould notó un pequeño escarabajo no identificado, de seis a ocho milímetros de largo, probablemente una especie de amante del agua (Hydrophilidae). En lugar de nadar o caminar sobre la superficie del agua, el insecto se arrastró por la parte inferior de esta, girando sus patas hacia arriba y abajo.
De vez en cuando, el escarabajo se detenía para descansar un poco. Al mismo tiempo, no aparecieron ondas alrededor de sus patas, lo que significa que no se violó la integridad de la película de la superficie. Todo el tiempo, el animalito continuó manteniéndose justo debajo del límite del agua y el aire, sin llegar a la profundidad y sin aparecer sobre el agua.
Misterio acuático
Gould y su colega José W. Valdez del Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad señalan que aún no se tiene claro cuáles son las adaptaciones permiten que al escarabajo moverse de formas tan inusuales. Quizás sus piernas estén cubiertas de pelos hidrófobos.
Por otro lado, la burbuja de aire que Gould notó en el abdomen del insecto, le proporcionaría una fuerza de flotabilidad, presionando al insecto contra la parte inferior de la película de la superficie. Adicionalmente, esta burbuja puede contener un suministro de aire para respirar bajo el agua.
Según los investigadores, la habilidad de caminar sobre la parte opuesta de la superficie del agua le permite al escarabajo buscar alimento en el medio acuático sin la necesidad de desarrollar adaptaciones especializadas, como nadar. Esto significa que un insecto de este tipo es capaz de moverse igual de bien bajo el agua y en tierra.
Al mismo tiempo, dado que el animal no produce ondas, sería menos perceptible para los depredadores submarinos que si estuviera flotando en la superficie del agua. Es posible que esta también lo enmascare parcialmente de los depredadores terrestres y aéreos.
Estudios posteriores revelarán si los escarabajos pueden cambiar al lado opuesto de la interfaz agua-aire y abandonar el agua por completo. En ese sentido, analizar la física de la destreza del escarabajo para caminar sobre el agua al revés, inspiraría a su vez futuros avances en robótica.