Para la mente humana es difícil imaginar el tamaño de los agujeros negros y la fuerza que ejercen sobre la masa a su alrededor. Una investigación publicada en Astronomy & Astrophysics ha detectado un agujero negro tan masivo que tiene atrapadas a 6 galaxias en una especie de “telaraña” cósmica.
El inmenso cuerpo oscuro se formó poco después del Big Bang y su estudio podría ayudar a explicar el desarrollo de estos enigmáticos monstruos. Según los datos recogidos por el Observatorio Europeo Austral (ESO), el agujero negro en cuestión pesa mil millones de veces la masa de nuestro Sol.
Telaraña cósmica
Los científicos dijeron que el hallazgo ayuda a proporcionar una explicación de cómo se pueden haber desarrollado agujeros negros supermasivos. Esto se debe a que los astrónomos creen que los filamentos que atrapan el cúmulo de galaxias transportan suficiente gas para «alimentar» al agujero negro.
“Los filamentos de la red cósmica son como hilos de telaraña”, dijo Marco Mignoli, astrónomo del Instituto Nacional de Astrofísica (INAF) en Bolonia. “Las galaxias permanecen y crecen donde se cruzan los filamentos, y las corrientes de gas, disponibles para alimentar tanto a las galaxias como al agujero negro supermasivo central, pueden fluir a lo largo de los filamentos”.
Mignoli, quien dirigió la investigación, dijo que hasta ahora no había “una buena explicación” para la existencia de agujeros negros tan grandes. El agujero negro recién descubierto data de cuando el Universo no tenía ni mil millones de años.
Solo el comienzo
Los investigadores dijeron que la estructura de la red puede haberse formado con la ayuda de materia oscura. Esta hipotética masa se cree que atrae grandes cantidades de gas en el Universo temprano.
“Nuestro hallazgo apoya la idea de que los agujeros negros más distantes y masivos se forman y crecen dentro de halos masivos de materia oscura en estructuras a gran escala”, dijo el coautor Colin Norman de la Universidad Johns Hopkins.
Norman también sugirió que la ausencia de detecciones anteriores de tales estructuras probablemente se debió a limitaciones de observación. Toda la red tiene más de 300 veces el tamaño de la Vía Láctea, según un comunicado de ESO.
Sin embargo, los investigadores también dijeron que estas galaxias también son algunas de las más débiles que los telescopios actuales pueden detectar. Además, agregaron que el descubrimiento solo fue posible utilizando los telescopios ópticos más grandes disponibles, incluido el Very Large Telescope de ESO.
Aun así, los científicos creen que las pocas galaxias descubiertas hasta ahora alrededor de este agujero negro supermasivo son solo las más brillantes. “Creemos que acabamos de ver la punta del iceberg”, dijo la coautora Barbara Balmaverde, astrónoma del INAF en Torino, Italia.
La investigación es la última en intentar iluminar la misteriosa formación de estos monstruos cósmicos, que son tan densos que ni siquiera la luz puede escapar de su atracción gravitacional. En especial, los astrónomos quieren saber como logran expandirse hasta convertirse en gigantes como el recién detectado.