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Estas fueron las emotivas palabras del paciente con ELA que recibió un implante cerebral

Por primera vez, un paciente de 34 años con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) pudo compartir algunas palabras con su familia, solamente con la intención de mover los ojos. La hazaña se consiguió gracias a un par de microchips cerebrales, representando un avance significativo para la tecnología de estos implantes.

Preso en su propio cuerpo

La ELA es una enfermedad del sistema nervioso que debilita los músculos a tal punto de impedir cualquier movimiento. Este «pseudocoma» también es conocido como síndrome de «encerramiento», porque aunque los pacientes no puedan moverse, están muy conscientes. Es decir, son capaces de ver, oír, saborear, oler, pensar y sentir, pero están presos en su propio cuerpo.

Si aún pueden mover sus ojos, los pacientes a veces podrán parpadear para hacerse entender, pero en algunos casos avanzados, incluso esa forma básica de comunicación es imposible. El paciente que ha hecho noticia en los últimos días presentaba un caso así de severo.

La ELA avanza tan rápido que, a los meses de su diagnóstico, el paciente ya había perdido la capacidad de caminar y hablar. Un año después, necesitó de un ventilador mecánico para poder respirar. Y un año más tarde, perdió la capacidad de fijar la mirada.

Antes de que el paciente perdiera la capacidad de mover los ojos, accedió a un procedimiento quirúrgico para implantarle dos microchips en su cerebro. Concretamente, los chips se colocaron en la parte cerebral que controla el movimiento muscular.

Cada chip estaba equipado con 64 electrodos en forma de aguja, que detectan sus intentos conscientes de moverse. Esa actividad cerebral se envía a una computadora, que traduce los impulsos en una señal de «sí» o «no». Esta es la primera vez que un paciente de ELA sin la capacidad de usar sus ojos ha logrado hacer algo similar.

«Hasta donde sabemos, el nuestro es el primer estudio en lograr la comunicación de alguien que no tiene movimiento voluntario remanente y, por lo tanto, para quien el BCI (Brain Computer Interface) es ahora el único medio de comunicación», indica el neurocientífico Jonas Zimmermann.

«Gracias»

Una vez que el paciente aprendió a controlar la frecuencia de activación de sus señales cerebrales, pudo responder a un programa de ortografía y seleccionar letras específicas, pronunciadas en voz alta por el programa, para formar palabras e incluso oraciones. Cada letra que el paciente escuchó tomó alrededor de un minuto para que respondiera, haciendo que fuera un progreso lento. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, el dispositivo le permitió a este hombre expresarse.

La primera frase que el paciente pronunció con éxito fue un «gracias» al neurobiólogo principal de su caso, Niels Birbaumer.

247 días después del procedimiento quirúrgico, el paciente dio su veredicto sobre el dispositivo: «Muchachos, funciona sin esfuerzo«.

El día 251 le envió un mensaje a su hijo: «Amo a mi hijo«. Luego le pidió que viera una película de Disney con él.

El día 462, el paciente manifestó que su “mayor deseo es una cama nueva”, y que al día siguiente podría ir con sus seres queridos a un asado.

El progreso del paciente ha conmovido a los científicos y a todos a su alrededor:

«Una vez que estaba allí, dijo: ‘Gracias por todo, hermana‘ (a su hermana, que ayuda a cuidarlo). Fue un momento emotivo», afirmó Ujwal Chaudhary, coautor del estudio.

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