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Eventos traumáticos en la infancia producen cambios en regiones específicas del cerebro

Autor: Justin Mckibben

Un equipo de investigadores ha demostrado que los eventos traumáticos o estresantes ocurridos en la infancia pueden afectar el cerebro hasta la edad adulta. Esta es la primera vez que se identifican alteraciones en subregiones específicas de la amígdala y el hipocampo a causa de traumas en la niñez.

Se cree que, una vez se producen los cambios, las regiones afectadas del cerebro pueden no funcionar tan bien. Esto aumentaría potencialmente el riesgo de desarrollar trastornos de salud mental en la edad adulta durante momentos de estrés.

«Ahora que es posible identificar las subregiones específicas de la amígdala o el hipocampo que se alteran permanentemente por incidentes de abuso, trauma o maltrato infantil, comenzaremos a enfocarnos en cómo mitigar o revertir potencialmente estos cambios», dijo Peter Silverstone, coautor del estudio.

El estudio, cuyo autor principal es Arash Aghamohammadi-Sereshki, fue publicado en Journal of Psychiatry & Neuroscience.

Detalles adicionales

La amígdala y el hipocampo son de particular interés para los científicos que estudian el desarrollo infantil, pues estas zonas el cerebro continúan creciendo y evolucionando durante mucho tiempo después del nacimiento. Están asociados al aprendizaje, la memoria y el manejo de las emociones, el miedo y el estrés.

Los investigadores reclutaron un total de 35 participantes con trastorno depresivo mayor (TDM), incluidos 12 hombres y 23 mujeres entre 18 y 49 años. Así como a un grupo de control de 35 individuos sanos: 12 hombres y 23 mujeres.

Luego de trabajar con imágenes de resonancia magnética, encontraron que la “adversidad infantil se asoció negativamente con los volúmenes del hipocampo y la amígdala». En ese sentido, los investigadores sugieren que el daño causado en los primeros años de vida podría hacer que el cerebro sea más vulnerable a las tensiones que surgen más adelante en la vida adulta.

Cuanto más sepamos sobre cómo el estrés y el trauma afectan al cerebro, tendremos mejores herramientas para tratar de prevenir o controlar los trastornos. De igual forma, nos ayudará a entender si tratamientos como los psicodélicos en realidad funcionan para remediar este problema. Según Silverstone, evidencia existente sugiere que pueden aumentar el recrecimiento nervioso en estas áreas. 

“Comprender los cambios cerebrales estructurales y neuroquímicos específicos que subyacen a los trastornos de salud mental es un paso crucial hacia el desarrollo de nuevos tratamientos potenciales para estas afecciones, los cuales han aumentado desde el inicio de la pandemia de COVID-19”, agregó Silverstone.

El enfoque del estudio sobre el trauma infantil en las personas con depresión deja muchas preguntas sin resolver. Es necesario seguir con las investigaciones para lograr entender los efectos de la depresión en sí.

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