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Encélado podría tener fumarolas hidrotermales en el fondo de sus océanos

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Enceladus tiene la superficie más blanca y reflectante que los astrónomos hayan observado hasta ahora, y es conocido por rociar pequeñas partículas de sílice helada. / NASA

El sílice expulsado por Encélado es una nueva evidencia que apunta a la existencia de fuentes de calor en el fondo de su océano global. Esto indica que podría existir vida en las profundidades de la helada luna de Saturno. El trabajo ha sido publicado en Communications Earth & Environment.

La sonda Cassini, en sus años estudiando a Saturno, hizo un intrigante descubrimiento. El segundo más externo del sistema de anillos del planeta gaseoso, tiene una composición rica en granos microscópicos de sílice.

Posteriormente, los investigadores también detectaron partículas de sílice provenientes de Encélado en forma de penachos que brotan de las fisuras en la gruesa capa helada de su superficie. Sin embargo, hasta ahora no se sabe cómo la sílice llega desde el núcleo del satélite hasta las columnas de agua.

 

El estudio

Ahora, un equipo de científicos planetarios dirigido por Ashley Schoenfeld de la Universidad de California, Los Ángeles, ha creado un modelo para resolver el misterio. El trabajo involucra corrientes de convección vertical en el océano, similares a las que se ven en la Tierra, para tratar de comprender el transporte de sílice en Encélado.

Debajo de la capa helada, se encuentra un océano líquido global de más de 10 kilómetros de profundidad. Además, el calor que emana del núcleo evita que el agua se congele. Esto plantea la posibilidad de respiraderos hidrotermales, fisuras en el lecho marino desde donde se escapa el calor interno de la luna.

El nuevo estudio muestra que los flujos de calor son lo suficientemente fuertes como para recoger materiales del lecho y subirlos a través del océano. Al final de su viaje logran llegar a la capa de hielo que separa el océano del vacío del espacio.

Las conocidas fracturas que atraviesan la capa de hielo pueden actuar como conductos directos para que los materiales capturados sean arrojados al espacio. Enceladus nos está dando muestras gratuitas de lo que se esconde en las profundidades.

 

Representación del modelo de captura de sedimentos desarrollado en el estudio dirigido por la UCLA, que muestra los efectos de flotabilidad en los granos de sílice producidos en los respiraderos hidrotermales a lo largo del fondo del mar y cómo esto eventualmente los lleva a escapar a través de las grietas en la capa exterior de hielo./ Ashley Schoenfeld/UCLA ; JPL / NASA

 

¿Vida?

En la Tierra los respiraderos hidrotermales están repletos de vida, incluso mucho más allá del alcance de la luz solar. Ecosistemas enteros prosperan en una red alimenticia quimiosintética, aprovechando las reacciones químicas de los elementos que interactúan a altas temperaturas.

Estos seres producen energía, en lugar de los procesos fotosintéticos más comunes que dependen de la luz solar. Por ello, los astrobiólogos suponen que las lunas heladas como Encélado pueden albergar vida. Aunque obviamente sería una vida bastante diferente al estar ubicada muy lejos del Sol.

El modelo ofrece apoyo a la idea de que la turbulencia convectiva del océano transporta nutrientes vitales desde el lecho hasta la capa de hielo. El nuevo estudio se suma a un creciente cuerpo de evidencia que sugiere la existencia de respiraderos hidrotermales en el satélite. 

En conclusión, el hallazgo de sílice en Encélado nos indica que podremos encontrar fuentes de calor en el fondo de su océano global. Asimismo, nos lleva a pensar la inquietante posibilidad de hallar vida en un mundo alienígena.  

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