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Embriones de ratón se desarrollan en gravedad cero en la Estación Espacial Internacional

Blastocistos recolectados del ETC cultivados en control terrestre, en microgravedad en la ISS. (Wakayama et al., iScience, 2023)

Por primera vez, se han cultivado embriones de mamíferos en el espacio en un experimento liderado por el biólogo molecular Teruhiko Wakayama, llevado a cabo en la microgravedad de la Estación Espacial Internacional. Los resultados, publicados en iScience, indican que, al menos en sus primeras etapas, los embriones podrían sobrevivir en un entorno espacial.

 

Embarazo espacial

A medida que los viajes más allá de los confines terrestres se vuelven una realidad, la cuestión de la propagación de la especie se plantea. ¿Podremos seguir reproduciéndonos en condiciones de microgravedad y radiación más allá de la atmósfera terrestre?

Wakayama señala: «Existe la posibilidad de un embarazo durante un futuro viaje a Marte, considerando que tomará más de seis meses llegar allí. Estamos realizando investigaciones para garantizar que podremos tener hijos de manera segura si llega ese momento».

La posibilidad de que un feto de mamífero se desarrolle en microgravedad ha sido una incógnita durante mucho tiempo. En 2009, Wakayama y su equipo descubrieron que la microgravedad simulada tenía un impacto negativo en el desarrollo embrionario: los óvulos podían fertilizarse en microgravedad, pero la implantación tenía menos éxito.

Sin embargo, el enfoque de esta investigación se centró en el desarrollo temprano del embrión. Los científicos fertilizaron embriones de ratón, los llevaron a la etapa de dos células, los congelaron y los enviaron a la ISS para que sean cultivados en una máquina especialmente diseñada para tal propósito.

Durante un período de cuatro días, los astronautas cultivaron y conservaron los embriones en paraformaldehído para su posterior análisis en la Tierra por el equipo de Wakayama.

Resultados prometedores

Había múltiples conjuntos de embriones. Uno fue cultivado en la Tierra en un entorno de gravedad como control. Otro grupo de control en la ISS fue cultivado en gravedad terrestre simulada; y, por supuesto, se encontraba el grupo experimental de microgravedad.

Aunque la tasa de supervivencia de ambos grupos en la ISS fue inferior a la de la Tierra, los embriones sobrevivientes se desarrollaron normalmente, lo que representa una señal bastante alentadora.

Como afirmaron los investigadores: «Los embriones cultivados en condiciones de microgravedad se convirtieron en blastocistos con un número de células normal, una masa celular interna, trofoblastos y perfiles de expresión genética similares a los cultivados bajo control artificial de 1 g en la Estación Espacial Internacional y control de 1 g en tierra. Esto demostró claramente que la gravedad no tuvo ningún efecto significativo en la formación de blastocistos y la diferenciación inicial de embriones de mamíferos«.

A pesar de estos resultados alentadores, todavía queda mucho trabajo por hacer para determinar si un embarazo en el espacio es aconsejable. Por ejemplo, este estudio no tuvo en cuenta los efectos de la radiación, que es mucho mayor en el espacio que en la Tierra.

Wakayama subrayó la importancia de continuar analizando el impacto del entorno espacial antes de que la ISS deje de estar operativa. Además, enfatizó que la investigación sobre la reproducción de mamíferos en el espacio es esencial para el futuro de la exploración espacial

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