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El telescopio James Webb detecta intrigantes señales de potencial vida en un exoplaneta oceánico

Este concepto muestra cómo podría verse el exoplaneta K2-18 b según datos científicos. / NASA/ESA/CSA Telescopio espacial James Webb.

A tan solo 120 años luz de distancia, orbitando una tenue estrella roja, se encuentra un exoplaneta denominado K2-18b, que podría estar compuesto de agua. La comunidad científica se ha interesado en este mundo debido a la detección de dióxido de carbono y metano en su atmósfera, elementos que concuerdan con lo que se esperaría encontrar en un planeta oceánico con una atmósfera rica en hidrógeno, conocido como mundo Hycean. Sin embargo, aún existe un hallazgo más intrigante.

Los investigadores han identificado rastros de dimetil sulfuro en la atmósfera de K2-18b, una sustancia que, en la Tierra, es producida exclusivamente por organismos vivos, principalmente el fitoplancton. Este descubrimiento ha llevado a los científicos a plantear la posibilidad de vida en este lejano exoplaneta. El estudio que documenta este hallazgo ha sido aceptado para su publicación en The Astrophysical Journal Letters.

 

Un mundo hiceánico

Nikku Madhusudhan, astrónomo de la Universidad de Cambridge, subraya la importancia de explorar diversos entornos habitables en la búsqueda de vida extraterrestre. Aunque tradicionalmente la investigación se ha centrado en planetas rocosos de menor tamaño, los mundos oceánicos, más grandes, ofrecen condiciones más favorables para el estudio de sus atmósferas.

K2-18b no es un planeta desconocido para la comunidad astronómica. En 2019, se confirmó la presencia de agua en su atmósfera, convirtiéndolo en el primer mundo rocoso en la zona habitable con esta característica. La zona habitable es el espacio alrededor de una estrella donde las condiciones permiten la existencia de agua líquida en la superficie de un planeta.

Si bien difiere considerablemente de la Tierra, K2-18b recibe una radiación estelar similar debido a su órbita alrededor de una estrella enana roja, más fría y tenue que nuestro Sol. En el año 2020, Madhusudhan y su equipo evaluaron las características de K2-18b y concluyeron que podría ser un candidato viable para albergar vida, además de identificarlo como un posible mundo Hycean en 2021.

 

El espectro de K2-18b observado por JWST. / NASA, CSA, ESA, J. Olmstead/STScI, N. Madhusudhan/Universidad de Cambridge

 

Ayuda del JWST

Para obtener más datos sobre la atmósfera de K2-18b, los astrónomos emplearon el moderno Telescopio Espacial James Webb. Con sus instrumentos NIRSpec y NIRISS de infrarrojo cercano, observaron el exoplaneta mientras orbitaba entre nosotros y su estrella anfitriona.

Al analizar la luz estelar que pasaba a través de su atmósfera, lograron detectar moléculas de carbono, dióxido de carbono y metano, así como indicios de dimetil sulfuro, pero no en cantidades suficientes para confirmar la existencia de vida.

Futuras observaciones con el Telescopio Espacial James Webb podrían corroborar la presencia de dimetil sulfuro en la atmósfera de K2-18b. El próximo paso consistirá en emplear el instrumento de infrarrojo medio del telescopio para analizar más a fondo y buscar otras posibles señales de vida.

Los resultados demuestran que el JWST es capaz de detectar señales de vida en las atmósferas de exoplanetas. El objetivo final es identificar vida en un exoplaneta habitable, un logro que transformaría nuestra comprensión de nuestro lugar en el universo. 

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