La temperatura de la superficie del océano es en promedio 16,1°C y esta permite que el plancton crezca óptimamente. No obstante, con el aumento de la temperatura global, el plancton podría migrar desde el trópico hasta las polos, donde las aguas son más frescas.
La migración de las especies de fitoplancton y zooplancton causaría la reestructuración de los ecosistemas oceánicos, con severos efectos en procesos vitales como el ciclo de carbono y la red alimentaria, de acuerdo a un estudio publicado en Nature Communications.
Cambio de latitud
En este nuevo estudio, el físico ambiental Fabio Benedetti del ETH Zurich en Suiza y su equipo desarrollaron mapas de la distribución global de más de 860 especies de plancton. Luego utilizaron algoritmos estadísticos y modelos climáticos para predecir los cambios que sufrirían y dónde podrían terminar las comunidades de plancton.
En algunas áreas del océano, veremos un aumento en el número de especies que, a primera vista, puede parecer positivo», explica Benedetti. «Pero este aumento de la diversidad podría representar una seria amenaza para la existencia y el funcionamiento de ecosistemas marinos bien establecidos en latitudes más altas».
Aunque sus resultados predicen un mayor número en las especies de plancton, el aumento de la temperatura media hasta 25°C causaría la migración de ellas. En los polos, las especies subtropicales reemplazarían hasta el 40% de las especies polares, por lo que no solo los océanos ecuatoriales se verían afectados.
El plancton está formado por organismos microscópicos que van a la deriva donde lo llevan las corrientes oceánicas, y de él se distinguen especies grandes y pequeñas. En las latitudes medias y altas, las comunidades de plancton están formadas por especies más grandes. Estas son eficientes en la exportación de carbono orgánico y son una importante fuente de alimento para los peces.
Especies grandes y pequeñas
El equipo de investigación demostró que el aumento de temperatura tiene particulares efectos negativos contra el plancton grande. Por el contrario, parece beneficiar el desarrollo de las especies más pequeñas, y aunque parezca un insignificante cambio, esto impactaría a las poblaciones de peces y al ciclo del carbono.
Las especies más grandes suelen tener conchas grandes y excreciones pesadas, a diferencia de las pequeñas. Así, el plancton muerto y sus desechos se hunden más rápido, por lo que la transformación de sus desechos en dióxido de carbono ocurre a mayores profundidades.
Los autores explican en su artículo que el dióxido de carbono queda atrapado durante largos períodos, sin que llegue a la atmósfera.
Quizá la migración del plancton sea un poco difícil de observar, pero hemos logrado ver cómo las especies marinas buscan aguas más frías cuando las tropicales se vuelven muy calientes y cómo especies de copépodos grandes reemplazan a las especies pequeñas. También vemos a las medusas dejar el trópico y moverse hacia los polos. Entonces, a pesar de no saber cuándo ocurrirán los cambios en las comunidades de plancton, tenemos suficiente evidencia para alertar sobre el peligro que corren el fito- y zooplancton.