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El misterioso caso de las abejas carroñeras: ¿Qué está pasando en su estómago?

(Quinn McFrederick/UCR)

(Quinn McFrederick/UCR)

En el año 2019, un grupo de científicos viajó a Costa Rica con la esperanza de capturar unas extrañas criaturas. Para atraerlas usaron trozos de carne de pollo y esperaron hasta que aparecieron con sus patas grandes, largas y colgantes. Eran abejas, abejas carroñeras. Si estás leyendo y estás confundido, no eres el único, los biólogos están perplejos.

Ellos observaban cómo con una dentadura especial, los insectos cortaban la carne y, tal cual hacen normalmente las abejas con el polen, la recogían en sus patas traseras para llevársela. Otras, más hambrientas, se quedaban en el mismo lugar.

De regreso en la colmena, los himenópteros, guardaban el pollo en vainas durante dos semanas y después se lo daban de comer a las crías. Esto tiene un poco más de sentido pues los adultos no necesitan comer proteínas, sobreviven con néctar. Lo que le sucede a la carne dentro de las vainas durante esas semanas es algo que aún no se sabe.

Súper locas

De las más de 20 mil especies conocidas de abejas, 3 alimentan a sus larvas con una dieta totalmente basada en carroña. Se las conoce como «abejas buitre». En el grupo de las abejas también se encuentran las avispas, a partir de las cuales evolucionaron las pequeñas trabajadores que nos dan la miel.

«La forma más fácil de pensar sobre las abejas es que son avispas vegetarianas, pues evolucionaron a partir de las avispas. Literalmente, lo que las diferencia de ellas es que son vegetarianas, así que esto es realmente sorprendente», comenta Jessica Maccaro, de la Universidad de California.

Estas abejas están «súper locas en muchos niveles diferentes». Incluso para las avispas comer carne podrida ya es ir muy lejos, ellas la prefieren fresca. «El ambiente de un cadáver es realmente tóxico. Eso es algo importante que superar para poder comer«, señala Maccaro.

De ahí que estas abejas sean tan misteriosas. No solo por el número reducido de especies y su distribución limitada, sino por su capacidad de comer carroña. Por ello, los investigadores se dedicaron a dejar cadáveres de pollo y, descubrieron que los intestinos de las abejas buitres son más similares a los de buitres o hienas reales que a los de otras abejas.

«De las cosas raras del mundo se puede sacar muchos descubrimientos interesantes», dijo en un comunicado de prensa Quinn McFrederick, entomóloga que dirigió el estudio. «Hay mucha información sobre los resultados de la selección natural».

Ácidos digestivos

El pollo atrajo a una gran variedad de abejas, una especie que solo recolecta carne y varias que recolectan carne y polen. Además, los investigadores también capturaron algunas abejas que solo se alimentan de polen. Eso les permitió comparar el sistema digestivo de las abejas carnívoras, omnívoras y vegetarianas.

Las abejas buitre tenían muchas bacterias productoras de ácido, como lactobacillus. Así, su intestino es mucho más ácido que el de sus primos come polen, lo que les ayuda a combatir las toxinas que se forman en la carne podrida.

«Estas bacterias son similares a las que se encuentran en los buitres reales, así como en las hienas y otros carroñeros, presumiblemente para ayudar a protegerlos de los patógenos que aparecen en la carroña«.

Maccaro y sus colegas esperan recolectar abejas en Guayana Francesa, donde se encuentran dos de las tres especies de abejas que solo recolectan carroña. Su objetivo es estudiar qué sucede en las vainas donde las abejas buitre almacenan carne antes de dársela a sus larvas.

«Los almacenan y sellan y no los tocan durante dos semanas. Luego podrán comer la carne», dijo Maccaro. «Tenemos mucha curiosidad por saber qué está pasando».

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