El antiguo helio primordial que se forjó a raíz del Big Bang se está escapando del núcleo de la Tierra. Se trata del helio-3, un isótopo raro del gas helio, el cual sugiere que el planeta se formó en una nebulosa solar. La investigación fue publicada en Geochemistry Geophysics Geosystems.
A medida que un planeta crece, acumula material de su alrededor, esto hace que su composición refleje el entorno en el que se formó. Se ha encontrado muy poco helio-3 en la superficie de la Tierra, por lo que algunos astrónomos cuestionan la teoría de que el planeta se formó en una nebulosa solar.
Detectar una abundancia de helio-3 en el núcleo ayudó a los investigadores a aumentar la evidencia de un origen de nebulosa solar para el planeta Tierra. Obtener altas concentraciones de helio-3 significa que la Tierra se habría formado dentro de una nebulosa solar próspera, no en sus márgenes o durante su fase menguante.
Alrededor de 2000 gramos de helio-3 escapan de la Tierra cada año, descubrió el equipo de la Universidad de Nuevo México. Esto es «suficiente para llenar un globo del tamaño de un escritorio», comentó el geofísico Peter Olson.
El trabajo
Los autores modelaron el helio en dos etapas clave de la historia de la Tierra para comprender su abundancia, origen y formación. La primera etapa ocurrió durante su formación temprana hace más de 4.5 mil millones de años, cuando el planeta acumulaba helio del gas y el polvo circundantes. La segunda, tuvo lugar luego de la formación de la Luna, hace unos 4 mil millones de años, después de lo cual se perdió el helio.
La evidencia sugiere que un objeto de un tercio del tamaño de la Tierra golpeó al planeta al principio de su historia. Ese impacto habría vuelto a derretir la corteza terrestre, permitiendo que se esfume gran parte del helio. El gas continúa escapando hasta el día de hoy.
Empleando la tasa de fuga moderna del helio-3 junto con modelos de comportamiento de isótopos de helio, estimaron cuánto helio-3 había en el núcleo. Los científicos calcularon que hay entre 10 teragramos y un petagramo de helio-3 en el núcleo, una gran cantidad, según Olson.
El investigador indicó que esto apunta a la formación de la Tierra dentro de una nebulosa solar. En tal ambiente, las altas concentraciones del gas habrían permitido que este se acumulara en las profundidades del planeta.
Más estudios
El helio en la Tierra viene en dos isótopos estables. El más común es el helio-4, con un núcleo que contiene dos protones y dos neutrones. El helio-4 representa alrededor del 99,99986% de todo el helio de nuestro planeta. Por otro lado, el helio-3, con dos protones y un neutrón, representa aproximadamente el 0,000137%.
Ahora los investigadores buscan otros gases creados por nebulosas, como el hidrógeno. Si estos se filtrasen en tasas y ubicaciones similares a las del helio-3 podría ser una pista de un núcleo como fuente de estos isótopos raros.