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El fármaco anticancerígeno proveniente de un hongo parásito muestra resultados prometedores en fase de ensayo

(FreePik)

Científicos se encuentran desarrollando un fármaco que amplifica el potencial anticancerígeno del hongo de la oruga del Himalaya, ampliamente usado en medicina tradicional.

Infusión de oruga

Grandes, pequeños, unicelulares, coloridos, comestibles, venenosos. Se estima que existen más de 700 mil especies de hongos en el mundo y solo conocemos un pequeño porcentaje de estos. Mientras más aprendemos sobre ellos, más nos sorprenden; no solo por su papel en los ecosistemas sino también por sus beneficios que podemos aprovechar.

Los hongos se han usado por cientos de años y el descubrimiento de la penicilina supuso un punto de inflexión en la medicina. En tiempos más modernos, la ciencia busca encontrar tratamientos con base en  los hongos, por ejemplo para tratar la depresión. Ahora, científicos desarrollan un fármaco derivado de una sustancia fúngica que actúa como agente anticanceroso. Esta se llama cordicepina y es un componente activo del hongo parásito Ophiocordyceps sinensis u hongo de la oruga del Himalaya.

En la medicina china, este hongo ha sido utilizado durante siglos para tratar enfermedades como el asma y el cáncer, e incluso la disfunción eréctil. Para aprovecharlo, hay que consumir la oruga infectada, tradicionalmente en el té o  solo masticándola.

Fármaco en potencia

Los investigadores de la Universidad de Oxford en asociación con la empresa biofarmacéutica NuCana, han sintetizado el prefármaco NUC-7738, cuyo componente activo es justamente la cordicepina o 3‘-desoxiadenosina (o 3’-dA). Este ofrece una variedad de efectos anticancerígenos, antioxidantes y antiinflamatorios, demostrando de alguna manera por qué el hongo a veces es llamado el parásito más valioso del mundo, o «gusano de oro».

El fármaco se encuentra aún en etapas de pruebas experimentales y no está disponible como medicamento contra el cáncer, pero los resultados de los ensayos clínicos son un buen augurio para el candidato a fármaco. Sobre todo porque no presenta los inconvenientes de la cordicepina natural, como su rápida degradación en el torrente sanguíneo y su absorción deficiente en las células, es decir que la potencia real de la molécula contra las células tumorales en el cuerpo es muy disminuida.

Por ello, la ingeniería genética hace aquí su «magia» y amplifica el potencial de la cordicepina permitiéndole ingresar a las células sin la necesidad de transportadores de nucleósidos, como el conocido hENT1. Además, NUC-7738  es resistente a descomponerse en el torrente sanguíneo, ya que tienen protección incorporada contra la  enzima adenosina desaminasa ADA, la cual degrada la cordicepina natural.

Fase 1

Según el nuevo estudio publicado en Clinical Cancer Research, estos cambios hacen que las propiedades anticancerígenas del candidato a fármaco sean hasta 40 veces más potentes que la cordicepina natural.

Los primeros resultados son muy prometedores. El ensayo clínico de fase 1, que comenzó en 2019, ha involucrado hasta ahora a 28 pacientes con tumores avanzados que eran resistentes al tratamiento convencional.

«Estos hallazgos proporcionan una prueba de concepto de que NUC-7738 supera los mecanismos de resistencia al cáncer que limitan la actividad de 3′-dA y respaldan la evaluación clínica adicional de NUC-7738 como un nuevo tratamiento contra el cáncer».

Todavía pasará algún tiempo antes de que NUC-7738 esté disponible pero los especialistas son muy optimistas al respecto y ya se encuentran preparando la fase 2 del ensayo.

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