El cráneo tiene una función especial en la protección del cerebro y no es meramente mecánica. Su médula ósea responde a las enfermedades e infecciones de una manera distinta al resto del cuerpo. Este hallazgo brinda una nueva perspectiva para observar y tratar los procesos inflamatorios del cerebro, según los científicos alemanes y británicos autores de la investigación.
«Esto abre innumerables posibilidades para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades cerebrales, además de tener el potencial de revolucionar nuestra comprensión de las enfermedades neurológicas», afirma el neurocientífico Ali Ertürk de la Universidad de Múnich.
Intercambio cráneo-cerebro
El doctor Ertürk es parte del grupo de científicos que ha descubierto las vías desde la médula ósea del cráneo a través de la superficie más externa de las membranas protectoras del cerebro, las meninges, permitiendo el movimiento de las células inmunitarias. Encontrar esta evidencia de comunicación entre el cerebro y el cráneo cuestiona la noción de que no haya un intercambio directo entre ambos.
En experimentos para visualizar muestras de cerebro, meninges y cráneo humanos, el equipo utilizó la limpieza de tejidos en combinación con imágenes tridimensionales. La limpieza de tejidos es el proceso de volver transparentes los tejidos biológicos. En este contexto, el proceso permitió el paso de la luz para el examen microscópico del tejido cerebral y del cráneo.
Los investigadores observaron la arquitectura celular de las conexiones cráneo-meninges (SMC), que se extienden más cerca de la superficie del cerebro de lo que se creía anteriormente, a menudo penetrando la membrana más externa y resistente de las meninges, la duramadre.
«Estos hallazgos tienen implicaciones profundas, ya que sugieren una conexión mucho más compleja entre el cráneo y el cerebro de lo que se creía hasta ahora», afirma Ilgin Kolabas, neuroinmunólogo de la Universidad de Munich.
Detección temprana de enfermedades
Los científicos descubrieron que tanto el cráneo humano como el de ratón contienen células neutrófilas especializadas, un tipo de glóbulo blanco que desempeña un papel crucial en la defensa inmune del cuerpo.
Los investigadores piensan que esto sugiere que es posible detectar la inflamación cerebral con poco más que una exploración del cráneo de un paciente. Además, esto podría hacerse potencialmente utilizando dispositivos portátiles y portátiles, ofreciendo una forma más accesible y práctica de controlar la salud del cerebro.
Pacientes con enfermedades como el Alzheimer podrían beneficiarse grandemente de este descubrimiento pero se necesitan estudios clínicos detallados para explorar su utilidad clínica.