Imagina que eres un arqueólogo y te encuentras excavando restos de la época medieval en el Canal de la Mancha. De pronto te topas con una tumba pero los restos de ahí no son humanos. Acabas de descubrir la tumba de una marsopa.
«Es muy peculiar, no sé qué hacer», fue la reacción del arqueólogo Philip de Jersey de la Universidad de Oxford. ¿Cuál sería la tuya?
Una tumba animal
De Jersey y su equipo realizaron el descubrimiento, en el 2017 en la isla de Chapelle Dom Hue frente a la costa de Guernsey; el mismo que reveló los restos antiguos de una marsopa medieval enterrada. En ese momento los arqueólogos no pudieron explicar la historia detrás de esta misteriosa tumba animal.
«¿Por qué tomarse la molestia de enterrar una marsopa en lo que parece una tumba?», se preguntó de Jersey.
Las marsopas son erróneamente confundidas con delfines pequeños, pero están más relacionadas con las belugas. Son un grupo de cetáceos de siete especies distribuidas mundialmente, de las cuales la vaquita marina es la más conocida. Estos mamíferos servían de alimento y, en un inicio, los arqueólogos pensaron que la marsopa fue sacrificada para alimentarse de ella.
Sin embargo, el misterio surge cuando se observa la forma en que se enterró al animal, la cual no sugiere que haya sido simplemente desechada. Según los investigadores, habría tenido mucho más sentido que las personas desechen los restos en el mar, ubicado a solo 10 metros del sitio.
«Si estuviéramos en una iglesia y encontráramos algo como esto, basándonos en la forma, pensaríamos que es un corte de tumba«, dijo de Jersey a Guernsey Press. «Eso es lo que me desconcierta. Si se lo habían comido o matado por la grasa, ¿por qué tomarse la molestia de enterrarla?»
El hallazgo más extraño
Una posibilidad es que el animal haya sido sacrificado para servir como alimento y almacenado cuidadosamente hasta que fue necesario, pero los restos conservados nunca se usaron. «Es posible que haya estado envasado en sal y luego, por alguna razón, no volvieron a usarlo», explica de Jersey.
El arqueólogo comenta que este es el hallazgo más extraño en sus 35 años de carrera como científico y un verdadero acertijo para todas las edades.
«El delfín tiene un gran significado en el cristianismo, pero no había encontrado nada como esto antes. Es el tipo de cosas un poco locas que se pueden encontrar en la Edad del Hierro, pero no en la época medieval», dijo.
Aunque lo más probable es que el animal haya sido almacenado con fines alimentarios, de Jersey piensa: «Sospecho que no lo averiguaremos«.