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El cerebro humano tiene más en común con los testículos que con otra parte del cuerpo

Túbulos de producción de esperma bajo un microscopio electrónico de barrido. / © Steve Gschmeissner/SPL/Getty Images

Una interesante relación entre el cerebro y los testículos ha salido a la luz en un artículo publicado recientemente en Royal Society Open Biology.

Cerebro y testículos

Quién diría que el cerebro, un órgano que cumple muchas de las funciones más complejas de nuestro cuerpo, y los testículos, que solo se encargan de la producción de espermatozoides y hormonas, tendrían más en común de lo que podríamos imaginar. De hecho el encéfalo guarda mayor parentesco con los testículos que con cualquier otra parte del cuerpo.

Numerosos estudios previos sugerían la existencia de un vínculo entre la disfunción sexual y los trastornos cerebrales; más llamativo es incluso el vínculo entre la calidad del semen y la inteligencia. Con esta información, que fácilmente podría usarse para la concepción de creativos bulos, investigadores de Portugal y Reino Unido decidieron encontrar una posible explicación detrás de tales afirmaciones.

Bárbara Matos, especialista en biomedicina de la Universidad de Aveiro en Portugal declaró que, según su investigación, «el cerebro y los testículos tienen la mayor cantidad de proteínas en común, que con otros tejidos del cuerpo humano».

Genes, proteínas y funciones

Su equipo analizó las proteínas de 33 tipos de tejidos, tales como corazón, intestino, ovarios  y placenta. Los resultados, corroborados con estudios de expresión génica, revelaron que el cerebro y los testículos tienen 13442 proteínas en común y ambos comparten la mayor cantidad de genes entre todos los tejidos del cuerpo.

Quizá te preguntes qué genes podrían tener en común el tejido encefálico y el órgano reproductor masculino, pues las proteínas que aquellos codifican están involucradas en el desarrollo y comunicación celular. Por ejemplo, el cerebro tiene células que se especializan en el apoyo y mantenimiento de las neuronas. En el caso de los testículos, las células germinales hacen lo mismo con los espermatozoides.

Además, ambas realizan un importante proceso de la célula llamado exocitosis. Mediante este, las neuronas a través de su membrana expulsan neurotransmisores capaces de entrar a otras neuronas, y los espermatozoides liberan los factores de fertilización.  Dicho mecanismo está involucrado en el desarrollo y crecimiento de los axones y dendritas. De igual forma, en los espermatozoides permite que su interior se fusione con el óvulo durante la fecundación.

La evolución haciendo su trabajo

¿Cómo es posible que dos órganos tan distantes (anatómica y fisiológicamente) compartiesen tanto en común? Los investigadores explican que su hipótesis recae en los procesos de especiación pues, así como distintas especies de animales separados por millones de años de evolución alcanzan a desarrollar los mismos rasgos, los diferentes tejidos del cuerpo llegan a mantener similitudes.  Así, tras exponerse a las mismas o similares presiones selectivas, ambos órganos podrían haber evolucionado de manera convergente.

«Los niveles de expresión más altos en la corteza cerebral y los testículos sugirieron que estos genes pueden contribuir a características fenotípicas exclusivas de los humanos, como la capacidad cognitiva mejorada», declararon los autores.

Sin duda este estudio nos deja con ansias por saber más sobre estas extrañas conexiones en nuestros cuerpos. Mientras tanto podemos usar esta información para preocupar un poco a los portadores de testículos.

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