Las imágenes más detalladas hasta ahora del asteroide Ryugu han revelado algo curioso: está sorprendentemente libre de polvo.
La nave espacial japonesa Hayabusa 2 llegó al asteroide en junio de 2018, dejó caer tres aterrizadores y tomó una muestra de la superficie de Ryugu. Ahora, las imágenes de uno de los módulos de aterrizaje han revelado detalles sobre de qué está compuesto el asteroide. Los hallazgos han sido publicados en la revista Science.
Por observaciones anteriores, los científicos sabían que la composición de Ryugu era similar a la de un grupo de meteoritos llamados condritas carbonáceas, que representan menos del 5 por ciento de todos los meteoritos que caen a la Tierra.
Pero estaban sorprendidos por el detalle de la textura de la roca que pudieron observar en la superficie, dice Ralf Jaumann en el Instituto de Ciencia Planetaria del Centro Aeroespacial Alemán en Berlín, quien dirigió el estudio. «Poder ver inclusiones brillantes de diferentes colores en la roca, superficies desmoronadas y texturas suaves es increíble», dice.
Las imágenes muestran que hay dos tipos de rocas en la superficie de Ryugu, oscuras y rugosas o brillantes y lisas, y ambas ocupan una parte igual en la superficie.
Las imágenes también muestran que la superficie de Ryugu no tiene una capa de polvo, como la que hay en la luna, por ejemplo. Esto es extraño porque se espera que el polvo se acumule a través de varios golpes y rasguños en el espacio. Por qué no existe es un misterio.
Una explicación podría ser que las partículas de polvo fino se cargan debido a la radiación solar y son eliminadas por fuerzas eléctricas, dice Jaumann. Otra posibilidad es que la liberación de gases volátiles de la superficie podría haber eliminado el polvo. O tal vez, si el asteroide se sacude mientras viaja por el espacio, el polvo podría haber caído gradualmente en el interior del asteroide, lo que significa que no podemos verlo.
Hay otra posible explicación para los aerosoles de polvo de Bennu, dice el investigador principal de OSIRIS-REx, Dante Lauretta, de la Universidad de Arizona en Tucson. Él cree que los frecuentes cambios de temperatura en la superficie de Bennu a medida que los diferentes lados del asteroide giran dentro y fuera de la luz solar podrían hacer que las rocas más grandes del asteroide se fracturen como una galleta rota, rociando migajas en el espacio.
Los estudios continuarán y más investigación es necesaria para resolver este misterio.
Fuente: Science News.