Un nuevo estudio acerca de la superficie de Marte ha generado gran emoción entre los científicos. Las imágenes obtenidas mediante radar subterráneo indican que el rover Perseverance está explorando una región potencialmente rica en vida microbiana fosilizada. Los detalles del hallazgo fueron publicados en Science Advances.
Los científicos ya tenían fuertes sospechas de que el cráter Jezero había albergado en algún momento un sistema delta alimentado por un antiguo río. Esta hipótesis fue la que impulsó el despliegue del rover en el cráter en febrero de 2021. En la actualidad, la emoción es palpable al confirmarse que el Perseverance ha recolectado signos que apuntan a la existencia de vida extraterrestre.
Una observación sin precedentes
David Paige, científico planetario de la UCLA, destaca la importancia de mirar debajo de la superficie para comprender la historia geológica de estos depósitos. «Desde la órbita podemos ver muchos depósitos», explica el autor, «pero no se puede obtener información precisa».
Es en este punto donde el radar de penetración terrestre de Perseverance, conocido como RIMFAX, desempeña un papel crucial. Con la capacidad de detectar hielo, agua o salmueras hasta 10 metros bajo la superficie y de mapear capas de suelo y rocas hasta 20 metros, RIMFAX se presenta como una herramienta clave en el arsenal del rover.
Mientras exploraba el borde occidental del cráter Jezero, Percy utilizó RIMFAX para sondear el suelo debajo. Los datos recopilados han proporcionado una visión sin precedentes bajo la superficie marciana en un área que se cree que alguna vez fue un lago.
Los descubrimientos debajo del supuesto delta indican que el cráter, con una antigüedad de 4 mil millones de años, se formó debido al impacto de un asteroide. Sin embargo, posteriormente, se llenó con sedimentos y rocas más jóvenes.
Un lago muy antiguo
Los sedimentos más recientes, posiblemente depositados por acción acuática o actividad volcánica, parecen tener una mayor probabilidad de origen acuático. Las capas horizontales de sedimentos bajo el borde occidental de Jezero sugieren un depósito en un entorno similar al de un lago.
Este antiguo lago podría haber abarcado hasta 7 kilómetros dentro del cráter, aunque se requiere una exploración adicional para confirmar esta hipótesis.
A lo largo del tiempo, los niveles de agua del lago experimentaron variaciones, trazando una red de canales que se asemeja a un delta, volviendo a formar un lago a medida que los niveles del río aumentaban. Un entorno acuático tan dinámico en la Tierra sería propicio para la vida microbiana, planteando la posibilidad de que Marte haya albergado formas de vida similares.
¿Ahora sí, vida?
Perseverance ya ha perforado y recopilado varias muestras de sedimentos en esta región, con su inventario lleno al 60%. Algunas de estas muestras incluso exhiben indicios de compuestos orgánicos, aunque aún no está claro si tienen un origen biológico o geológico. La NASA espera obtener una respuesta definitiva en futuras misiones.
Los autores indican que la fascinante historia geológica del cráter Jezero, moldeada por cambios significativos en el entorno marciano, contiene pistas cruciales. A medida que crece la anticipación, la comunidad científica aguarda con ansias la próxima fase de descubrimientos de la misión Perseverance.