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Descubren la evidencia más antigua de madres arañas cuidando a sus crías en ámbar de 99 millones de años

(Xiangbo Guo)

En piezas de ámbar, paleontólogos han descubierto los restos fósiles de una araña protegiendo a sus crías. Este hallazgo ofrece información importante sobre la evolución del cuidado materno.

Amor de madre

El ámbar es una resina resistente a la descomposición que carga evidencias del pasado a través del tiempo. En este caso, piezas de ámbar provenientes del norte de Myanmar capturaron por 99 millones de años la evidencia más antigua de madres araña cuidando a sus crías. En estas piezas del Cretácico Medio también se puede observar parte de un saco de huevos y algunas crías de la extinta familia Lagonomegopidae.

Este fósil es uno de los cuatro que muestran que algunas arañas antiguas protegían sus sacos de huevos o incluso criaban a sus crías. Así lo exponen Paul A. Selden y sus colegas en su artículo publicado en Proceedings of the Royal Society B.

Los especialistas en paleontología de invertebrados, explican que el cuidado materno ha evolucionado repetidamente en todo el reino animal, beneficiando la supervivencia y la aptitud de la descendencia. Esto a menudo a costa del futuro de la madre.

«En las especies de arañas existentes, este comportamiento es muy común y tiene diferentes niveles y formas diversas.» Por ejemplo, algunas especies arácnidas llegan a amamantar a sus crías o ellas mismas son la primera comida de sus bebés.

Al ser la atención materna tan extendida, los investigadores sospecharon que las arañas desarrollaron este comportamiento mucho antes del Período Cretácico, el cual inició hace unos 145 millones de años. Sin embargo, la evidencia de cuidado materno en arañas fósiles es bastante rara.

Arañas solitarias

Por ello, el reciente descubrimiento de las piezas de ámbar es aún más emocionante. «Es la primera vez que vemos evidencia de este comportamiento en los fósiles«, afirma Selden.

La familia de la araña encontrada, Lagonomegopidae, se distingue por sus ojos grandes y reflectantes. Aunque no se sabe con total seguridad, es probable que ella y sus parientes cazaran en los árboles por la noche.

Generalmente, las arañas son criaturas solitarias, pero tres de los trozos de ámbar encontrados contienen docenas de pequeñas arañas de una semana de edad. Esto sugiere que no se dispersaron después del nacimiento, sino que eligieron permanecer junto a su madre. Entonces, además de proteger sus huevos, las arañas hembras pueden haberse quedado después de que los huevos eclosionaron.

Arañas de una semana de edad. (Xiangbo Guo)

No está claro cuánto tiempo estas arañas bebés se quedaron alrededor de su mamá. Por lo tanto, los paleontólogos opinan que «los futuros investigadores deben mantener los ojos abiertos para las hembras con descendientes más grandes y mayores» si se quiere saber más sobre el tiempo de cuidado parental.

No obstante, recalcan que el estudio muestra «inequívocamente» que estas arañas protegían sus sacos de huevos durante el Cretácico Medio.

Asimismo, es importante hacer hincapié en que el ámbar analizado es parte de una colección de Capital Normal University en Beijing y fue extraído hace más de una década.

“Ya hay miles de especímenes, y más material que gente disponible para estudiarlo”. La invitación está servida, amantes de los fósiles y arácnidos.

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