En las costas de las Islas Salomón, un coral centenario tan inmenso que se puede observar desde el espacio impresiona por su tamaño y longevidad.
El equipo Pristine Seas de la National Geographic Society descubrió este coral gigante en octubre. Con 34 metros de ancho, 32 metros de largo y 6 metros de alto, supera incluso a la ballena azul promedio. También eclipsa al famoso coral Big Momma, de 22 metros de ancho, ubicado en la Samoa Americana.
“Mientras Big Momma parece una bola de helado en un arrecife, este coral es como helado derretido que se extiende infinitamente por el fondo marino”, explicó Molly Timmers, ecóloga marina del equipo Pristine Seas.
Este coral, identificado como Pavona clavus o coral de omóplato, destaca por sus crestas similares a escápulas. Los investigadores estiman que casi mil millones de pólipos de coral pétreo lo construyeron a lo largo de siglos, creando su estructura rígida de carbonato de calcio.
Los corales no solo son fascinantes por su tamaño, sino por su papel esencial en el ecosistema. Según Eric Brown, científico de Pristine Seas, «aunque los arrecifes de coral ocupan solo el 0,2 % del océano, albergan más del 25 % de las especies marinas del planeta». Este coral gigante sirve como refugio y soporte vital para una gran cantidad de vida marina.
El cineasta submarino Manu San Félix encontró este coral por accidente la noche antes de que el equipo abandonara la zona. “Cuando lo vi, supe que era único”, relató. A pesar de la emoción inicial, esperó las mediciones oficiales para confirmar su récord.
Tras medir sus dimensiones y analizar su tasa de crecimiento, los científicos calcularon que este coral tiene entre 300 y 500 años. Su longevidad es clave para los investigadores, ya que su esqueleto almacena datos sobre las condiciones ambientales pasadas.
Aunque este coral parece saludable, los arrecifes de coral enfrentan graves amenazas como la acidificación de los océanos, el blanqueamiento de corales y la contaminación. Brown enfatizó que este hallazgo destaca la urgencia de proteger estos ecosistemas pequeños pero fundamentales.
El descubrimiento del coral más grande del mundo en las Islas Salomón no solo amplía nuestro conocimiento sobre los arrecifes, sino que también subraya su importancia en la biodiversidad marina. Este coral, un verdadero testigo del tiempo, nos recuerda lo crucial que es preservar los océanos para las generaciones futuras.