Investigadores del MIT y del Proyecto CETI han realizado un avance en la comprensión de la comunicación de los cachalotes, utilizando aprendizaje automático.
Según un estudio publicado en BiorXiv, este equipo ha descifrado lo que podría ser un «alfabeto» en los clics emitidos por estos cetáceos, conocidos como códigos.
Daniela Rus, directora de CSAIL, explicó que han identificado una variación en la estructura de los códigos que no había sido descrita anteriormente. «Los tipos de códigos no son arbitrarios, sino que forman un sistema de codificación combinatoria recién descubierto», señaló Rus.
Complejo sistema de comunicación
Este descubrimiento sugiere que las ballenas esperma utilizan un sistema comunicativo complejo y estructurado, similar a un lenguaje.
El estudio se inspiró en el trabajo de Roger Payne, un biólogo marino pionero cuyas investigaciones sobre las canciones de las ballenas jorobadas motivaron el uso de tecnologías avanzadas para entender mejor a estos mamíferos marinos.
Tras su fallecimiento en junio del año pasado, los equipos de CSAIL y CETI continuaron su legado utilizando aprendizaje automático para analizar un conjunto de datos de 8,719 códigos de cachalotes, recogidos por el investigador Shane Gero en la costa de Dominica.
El método empleado por el equipo de Rus difiere del análisis tradicional que se centraba en códigos individuales. Al estudiar los sonidos en su contexto, como intercambios entre ballenas, y clasificar los detalles contextuales usando terminología musical —como tempo, ritmo, ornamentación y rubato—, el equipo logró aislar lo que denominan un alfabeto fonético de estas ballenas.
«Este alfabeto fonético permite explicar sistemáticamente la variabilidad observada en la estructura de los códigos», comentó Rus.
Añadió que es posible que este sistema de comunicación represente la primera instancia, fuera del lenguaje humano, de lo que en lingüística se conoce como dualidad del patrón, donde elementos individuales sin significado pueden combinarse para formar unidades significativas más grandes.
Más estudios
Los resultados demuestran que las vocalizaciones de los cachalotes forman un sistema de comunicación combinatoria complejo, y que puede surgir bajo presiones fisiológicas, ecológicas y sociales muy diferentes.
Aunque los hallazgos son prometedores, los investigadores enfatizan que queda mucho trabajo por hacer, tanto con los cachalotes como con otras especies, como las ballenas jorobadas.