Un equipo de cirujanos de la Universidad de Manchester implantó por primera vez un dispositivo de grafeno en el cerebro de un paciente. El implante, desarrollado por la empresa española InBrain Neuroelectronics, se coloca en la superficie del cerebro y actúa como una interfaz cerebro-computadora, capaz de decodificar señales neuronales.
El grafeno, descubierto en 2004 por los investigadores Andre Geim y Konstantin Novoselov, es un material extremadamente delgado y fuerte, que les valió el Premio Nobel de Física en 2010. Dos décadas después, el grafeno está siendo utilizado en dispositivos como baterías, semiconductores y, ahora, interfaces cerebrales.
El procedimiento
Durante la cirugía, que duró 79 minutos, el dispositivo de grafeno fue capaz de distinguir entre tejido cerebral sano y canceroso con una precisión microscópica.
El procedimiento tuvo el objetivo de probar la seguridad del grafeno en contacto directo con el cerebro humano. Este ensayo incluirá a 10 pacientes que ya se someten a cirugías cerebrales por otras razones.
La directora ejecutiva de InBrain, Carolina Aguilar, explicó que la tecnología podría revolucionar el tratamiento de trastornos neurológicos, como el Parkinson, mediante la estimulación cerebral profunda (DBS).
A diferencia de los electrodos metálicos tradicionales, que son rígidos y pueden causar inflamación o cicatrices en el cerebro, el dispositivo de grafeno es flexible y se adapta mejor a la superficie cerebral. Además, es más eficiente en la conducción eléctrica y no se oxida.
Otros usos
InBrain también está desarrollando una versión que podrá penetrar el tejido cerebral para entregar estimulación eléctrica precisa, permitiendo tratamientos más específicos y con menos efectos secundarios.
Aguilar anticipa que este avance no solo beneficiará a pacientes con Parkinson, sino también a aquellos que sufren de epilepsia o que han sufrido accidentes cerebrovasculares.
El profesor David Coope, neurocirujano a cargo de la operación, destacó las ventajas del grafeno, ya que su flexibilidad facilita su uso en áreas del cerebro donde los electrodos convencionales no pueden llegar. El éxito de este ensayo marcaría un paso crucial hacia la integración de la neurotecnología basada en grafeno en la medicina clínica.