Icono del sitio Robotitus

Científicos prueban una vacuna de antienvejecimiento en ratones y esperan ensayos en humanos

¿Te imaginas revertir los signos de la edad solo con una vacuna? No se trata de ciencia ficción sino del avance de la ciencia. Recientemente, se publicó en Nature Aging los resultados de una vacuna que eliminó exitosamente las células senescentes de ratones. Con ello, se prolongó la vida de los roedores y se revirtieron signos de enfermedades relacionadas con la edad.

Nueva terapia senolítica

Esta nueva vacuna está dirigida a las células que han dejado de multiplicarse debido al daño o el estrés, pero que no mueren cuando deberían. Estas células se acumulan a medida que envejecemos, ya que el sistema inmunológico se vuelve menos eficiente para eliminarlas. Mientras viven, las células senescentes liberan compuestos que desencadenan la inflamación y, por lo tanto, dañan las células sanas cercanas.

La evidencia sugiere que esta acumulación de células senescentes contribuye a una serie de enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer, el Alzheimer y la aterosclerosis.

A pesar de que se han probado terapias senolíticas, los científicos creen que las vacunas tienen la ventaja de evitar la acumulación de células senescentes, si una persona se la pone a los 50 años, por ejemplo.

El sistema inmunológico de una persona vacunada se entrenaría para buscar células senescentes y destruirlas. Por el contrario, alguien que toma medicamentos senolíticos tendría que tomarlos repetidamente, ya que las células senescentes se volverían a acumular después de cada ciclo de tratamiento.

Identificando al objetivo

Como toda vacuna, se necesita primero identificar un objetivo, el antígeno, que en este caso son las células senescentes. El problema es que todas nuestras células pueden volverse senescentes; por ello, en este estudio el equipo se centró en un solo tipo de célula: las células endoteliales vasculares senescentes. Estas recubren el interior de arterias, venas y capilares.

Durante la prueba de concepto, los investigadores analizaron qué proteínas aparecen en grandes cantidades en la superficie de dichas células, para ver cuáles serían un buen objetivo para su vacuna. De las proteínas identificadas, eligieron una llamada GPNMB, la cual se acumula con la edad en algunos tejidos y contribuye a diversas enfermedades, como el melanoma.

El equipo examinó muestras de tejido de pacientes humanos con aterosclerosis y descubrió que sus células endoteliales vasculares portaban mucho más GPNMB que las células de quienes no tenían la enfermedad. La evidencia sugiere que las moléculas arrojadas por las células senescentes contribuyen directamente a la acumulación de placa en la aterosclerosis. Con esto en mente, los científicos querían ver si eliminar las células pesadas en GPNMB del cuerpo ayudaría a reducir la densidad de estas placas.

Para probar esta idea, utilizaron un modelo de aterosclerosis en ratones y luego eliminaron en ellos las células positivas para GPNMB mediante modificación genética. Al extraer las células, encontraron que la cantidad de placa en las arterias de los ratones disminuyó rápidamente. Por fin, habían descubierto el objetivo para su vacuna senolítica.

Ratones vacunados

Diseñaron una vacuna a base de péptidos que, una vez inyectada en ratones, incitó al sistema inmunológico a desarrollar anticuerpos contra porciones de la proteína GPNMB. Estos anticuerpos se adhirieron a la proteína y marcaron las células adheridas para su destrucción. En estos ratones, las placas arteriales y moléculas inflamatorias disminuyeron significativamente. Además, los marcadores moleculares específicos de senescencia se redujeron en los ratones vacunados.

Para ver si la vacuna mostraba algún efecto sobre los signos generales del envejecimiento, los investigadores vacunaron a ratones de mediana edad, de poco más de un año. Después, evaluaron su agilidad cuando tenían alrededor de un año y medio. Los ratones que recibieron una inyección de placebo se movieron con menos frecuencia y más lentamente en su vejez, pero los que recibieron la vacuna se mantuvieron mucho más ágiles.

El equipo no notó ningún efecto secundario en sus ratones vacunados, lo cual es algo sorprendente. Aun así, son conscientes de que no existirá un solo antígeno específico de las células senescentes, por lo que siempre habrá una preocupación de que la vacuna envíe al sistema inmunológico tras las células sanas sin que esa sea la intención.

Además de trasladar la nueva vacuna a ensayos en humanos, los autores planean desarrollar vacunas adicionales que se dirijan a diferentes tipos de células senescentes.

Salir de la versión móvil