A pesar de su vastedad, hay cosas que aún no se pueden ubicar fácilmente en el espacio. Este es el caso de los hidrocarburos aromáticos policíclicos, unas moléculas que, irónicamente, son fáciles de hallar en nuestro planeta. Los detalles fueron publicados en Science.
Este descubrimiento, el primero de su tipo, ayudaría finalmente a desentrañar el misterio sobre cómo y dónde se forman estas moléculas. “En el presente estudio, fueron encontradas en nubes frías y oscuras donde las estrellas ni siquiera habían comenzado a formarse”, dijo el astroquímico Brett McGuire.
Los HAPs
Los hidrocarburos aromáticos policíclicos, o HAP, no son raros. Aquí en la Tierra se encuentran en el petróleo crudo y carbón. Aunque, sus orígenes también pueden ser no biológicos. A decir verdad, la mayoría de los HAPs en el Universo son de origen abiótico.
Análisis previos sugieren que alrededor del 15% de todo el carbono entre las estrellas en galaxias como la nuestra está ligado a los HAPs. Además, la mayor parte está flotando en el espacio, en el medio interestelar.
Sin embargo, solo teníamos era una gran firma señalando que los HAPs estaban ahí, no qué moléculas individuales se ubican en el gas interestelar. Ahora, por primera vez, contamos con una ventana directa a su química, la cual nos permitirá estudiar en detalle cómo este depósito reacciona y evoluciona a través del proceso de formación de estrellas y planetas.
Proyecto GOTHAM
El enfoque de la investigación fue la Nube Molecular de Tauro (TMC-1) a unos 430 años luz de distancia. El equipo ha estado rastreando esta nube en busca de HAPs durante algún tiempo como parte del proyecto GOTHAM. El nombre viene de sus siglas en inglés, Observaciones del Telescopio Green Bank (GBT) de TMC-1: Cazando moléculas aromáticas.
Las estrellas nacen en las nubes moleculares, cuando un denso nudo en el gas colapsa bajo su propia gravedad mientras gira, enrollando más material sobre sí mismo de la nube que lo rodea.
No obstante, lo encontrado dentro de TMC-1 no fue lo que predijeron los modelos. Obviamente, se esperaban algunos HAP, pero las abundancias fueron órdenes de magnitud más altas de lo esperado.
El artículo detalla la detección de 1 y 2-cianonaftaleno. Otros estudios revelan la enorme riqueza utilizando técnicas de apilamiento de datos. McGuire y sus colegas se toparon con HC4NC, benzonitrilo, cianuro de propargilo, HC11N, cianociclopentadieno, 2-cianociclopentadieno, trans-cianovinilacetileno y vinilcianoacetileno.
Más preguntas
Actualmente, el equipo no sabe con precisión cuánto 1 y 2-cianonaftaleno terminaron en TMC-1; ninguno de sus modelos fue capaz de explicar la abundancia. Caben tres posibilidades: se formó allí, fue transportado allí, o tal vez una combinación de ambos.
Ahora con la detección y conociendo su existencia, los científicos pondrán manos a la obra para descubrir la respuesta. Sabemos que está ahí y que tuvo que llegar de alguna manera; averiguar el resto será sólo cuestión de tiempo.
El hallazgo también muestra a la química de las nubes moleculares como mucho más rica y compleja de lo que pensamos, y nos brinda una nueva herramienta para comprender nuestro Universo.