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Científicos identifican dos células cerebrales capaces de crear los recuerdos

(GettyImages)

Por años hemos intentado comprender cómo se forman en el cerebro uno sus fenómenos más fascinantes: los recuerdos. Un nuevo estudio ha identificado dos células cerebrales que nos ayudan a formar los recuerdos, especialmente aquellos que dan forma a nuestra historia personal.

Mientras crecemos y vivimos experiencias, en nuestro cerebro se van acumulando recuerdos sólidos, con principios y finales claros, fáciles de identificar, que nos permiten formar una narrativa continua de nosotros mismos. Claro que, algunas veces, estos límites en nuestra vida son difusos y se mezclan con otras imágenes y recuerdos.

Un grupo de científicos se ha concentrado en estudiar los llamados límites «duros» y «suaves».

«Un ejemplo de un límite suave sería una escena con dos personas caminando por un pasillo y hablando, y en la siguiente escena, una tercera persona se les une, pero sigue siendo parte de la misma narrativa general«, explica Ueli Rutishauser, neurocirujano y director interino del Centro de Medicina y Ciencias Neurales.

«La diferencia entre los límites duros y suaves está en el tamaño de la desviación de la narrativa en curso. ¿Es una historia totalmente diferente o es como una nueva escena de la misma historia

Crear nueva carpeta

En la investigación publicada en Nature, los especialistas identificaron dos tipos de células que respondían a estos límites cognitivos, las «células de límite» y «células de eventos». Las primeras respondían tanto a límites suaves como a límites duros; y, las segundas, respondían únicamente a límites duros.

Los científicos explican que cuando la actividad de ambos tipos celulares alcanza su punto máximo, el cerebro entra en el estado de iniciar un nuevo recuerdo. De una forma simple, Rutishauser lo desarrolla así:

«Una respuesta de límite es como crear una nueva carpeta en la computadora. Podemos colocar archivos allí. Y cuando aparece otro límite, cerramos la primera carpeta para crear otra«.

Cuando el cerebro necesita volver a visitar un recuerdo, utiliza los picos de actividad neuronal en estos límites para encontrar la carpeta correcta.

«Al tratar de recordar algo, las células cerebrales se activan. Luego, el sistema de memoria compara este patrón de actividad con todos los picos de activación anteriores que ocurrieron poco después de los límites. Si encuentra uno similar, abre esa carpeta. Retrocede unos segundos hasta ese punto en el tiempo y se enfoca».

Fragmentos

El equipo pudo realizar estos hallazgos gracias a pacientes con epilepsia que participaban de estudios neurocientíficos con electrodos intracraneales para localizar donde se producen las convulsiones. Así, los investigadores pudieron registrar la actividad de neuronas individuales mientras los pacientes veían fragmentos de películas con «límites cognitivos».

Para comprobar los resultados, los autores preguntaron a los participantes dónde habían visto o no ciertas imágenes en los clips de película. Así, notaron que era más probable que los participantes recordaran imágenes que seguían de cerca un límite duro o suave, en un punto de formación de un nuevo recuerdo.

Por otro lado, a los participantes les resultó más difícil recordar la secuencia correcta si las imágenes aparecían en lados opuestos de un límite rígido, lo que sugiere que el cerebro había segmentado esas imágenes en memorias separadas.

«Juntos, estos hallazgos sugieren que las células límite y de eventos desempeñan dos funciones en la memoria episódica: estructuran los recuerdos durante la codificación y sirven como marcadores para períodos de tiempo que luego se restablecen«.

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