Según datos del sistema de salud de Estados Unidos, de los aproximadamente 5 millones de embarazos que ocurren cada año, el 20% resulta en un aborto antes de las 20 semanas, y otros 20 mil terminan en muerte fetal después de ese período.
Para identificar la causa de la mayoría de las pérdidas inexplicables, un equipo de investigadores examinó la placenta, encontrando signos de patología en sus tejidos en más del 90% de los casos estudiados.
«La cuestión clínica apremiante sigue siendo identificar la causa de la pérdida y emplear métodos para prevenir pérdidas futuras lo antes posible«, escriben la científica especialista en biología de la reproducción de la Universidad de Yale, Beatrix Thompson, y sus colegas en su artículo publicado.
Órgano temporal y decisivo
La placenta conecta principalmente el sistema vascular del bebé al de la madre a través del cordón umbilical durante el embarazo, proporcionando oxígeno, nutrientes e incluso anticuerpos que protegen su vida y eliminan productos de desecho.
Dado su crucial papel, los cambios en este órgano temporal pueden causar un aborto espontáneo o una muerte fetal. Los autores se preguntaron si la adición de dos categorías de patología placentaria a las ya registradas podría explicar mejor estas pérdidas.
«Perder un embarazo es una tragedia. Escuchar que no hay explicación añade un dolor tremendo», menciona el científico reproductivo Harvey Kliman de la Universidad de Yale. «Nuestro objetivo era ampliar los sistemas de clasificación actuales para reducir el número de casos sin especificar».
Thompson, Kliman y el científico de datos de la Universidad de Yale, Parker Holzer, analizaron una base de datos de 1256 embarazos perdidos sin explicación entre las semanas 6 y 43 de gestación. El aborto espontáneo se define como la pérdida del embarazo antes de las 20 semanas de gestación, mientras que la muerte fetal es la pérdida del embarazo a las 20 semanas o más tarde.
Al revisar las láminas de patología placentaria de cada caso, el equipo descubrió que casi el 92% de los casos podían diagnosticarse con una patología placentaria específica. Esto incluyó más del 85% de los abortos espontáneos y casi el 99% de las muertes fetales.
Patologías observadas
La característica patológica más común observada en abortos espontáneos inexplicables fueron las placentas dismórficas, un marcador asociado con anomalías genéticas. En las muertes fetales inexplicables, la característica patológica más frecuente fue una placenta pequeña, que restringe el crecimiento y desarrollo del bebé.
Debido a la dificultad de evaluar de forma segura este órgano durante el embarazo, históricamente los médicos e investigadores lo han pasado por alto. En 2009, Kliman formó parte de un dúo que desarrolló un método seguro para medir el volumen de la placenta. La prueba dura solo 30 segundos, sin embargo, la mayoría de los médicos todavía no la realizan.
Según Kliman, el estudio indica que cada año se podrían haber detectado más de 7,000 casos de placentas pequeñas que están relacionadas con la muerte fetal durante el embarazo. Esto habría permitido identificar a los embarazos como de alto riesgo antes de la pérdida del bebé.
Los hallazgos nos permiten allanar el camino para que más personas comprendan la causa de su pérdida y tomen decisiones informadas sobre embarazos futuros.