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Científicos encuentran precursores químicos claves para la vida en el centro de la Vía Láctea

Vía Láctea / Wikimedia Commons

El centro de nuestra galaxia es aparentemente un punto de acceso para las moléculas que se combinan para formar ARN. Un nuevo estudio de las nubes moleculares que envuelven el centro galáctico ha revelado la presencia de nitrilos. Estos son precursores químicos claves para la vida. Los datos se publicaron en Frontiers in Astronomy and Space Sciences

El trabajo fue dirigido por Victor Rivilla del Centro de Astrobiología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España. Los autores mostraron que es posible encontrar una gran cantidad de nitrilos en el espacio interestelar, dentro de la nube molecular G+0.693-0.027

El comienzo de la vida

Varios científicos modernos creen que la vida en la Tierra se pudo formar inicialmente solo sobre la base del ARN. La evolución con la formación de enzimas proteicas y ADN se produciría más tarde. El ARN puede realizar las funciones de ambos compuestos: almacenar y copiar información, como el ADN, y catalizar reacciones, como las enzimas. 

De acuerdo con la hipótesis del mundo del ARN, los nitrilos y otros «bloques de construcción» de la vida no tienen que tener su origen en la Tierra. Todos ellos podrían haberse formado en el espacio, para luego ser entregados a la joven Tierra dentro de meteoritos y cometas durante el Bombardeo Pesado Tardío. Este proceso tuvo lugar hace entre 4,1 y 3,8 mil millones de años. 

Dicha hipótesis podría ser cierta. Los investigadores han encontrado nitrilos y otros precursores químicos de nucleótidos, grasas y aminoácidos en la materia de los cometas y meteoros modernos. 

Nubes moleculares

Sin embargo, aún no queda claro en qué parte del espacio se formaron estas moléculas. Los principales candidatos para este papel son las nubes moleculares gigantes; regiones densas y frías del espacio interestelar adecuadas para la formación de moléculas grandes.

Por ejemplo, una nube molecular G+0,693-0,027 tiene una temperatura de unos 100 Kelvin y una masa de unas tres masas solares. Hasta ahora, no hay evidencia de que se estén formando estrellas en esta nube molecular, pero muy posiblemente comiencen a formarse en el futuro. 

La investigación 

En su trabajo, Rivilla y su equipo estudiaron los espectros electromagnéticos de la sustancia de la nube molecular G+ 0,693-0,027 utilizando dos telescopios. Como resultado, detectaron las siguientes moléculas de la clase nitrilo: cianoaleno (CH2CCHCN), cianuro de propargilo (HCCCH2CN) y cianopropina.

Tales compuestos no se habían detectado previamente en esta nube molecular, pero sí en la nube molecular TMC-1 en 2019. Esto a pesar de que las condiciones en dicha nube oscura son muy diferentes a las de la nube G+0.693-0.027. 

No obstante, hay más trabajo por hacer. Todavía no se han detectado moléculas clave como los lípidos, responsables de la formación de las primeras células. Así que debemos centrarnos en comprender cómo se podrían formar los lípidos a partir de precursores más simples disponibles en el medio interestelar

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