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Científicos encuentran polen en el estómago de una mosca de hace 47 millones de años

Mosca fosilizada (Hirmoneura messelense) / Seckenberg

La última cena. Científicos austriacos han encontrado una mosca fosilizada de 47 millones de años con polen en su vientre. Los detalles de este fascinante descubrimiento, el primero de su tipo, fueron publicados en Current Biology.

El rico contenido de polen en el estómago de la mosca sugiere que ya se alimentaban de polen y lo transportaban hace 47 millones de años. “Además, muestra su importante papel en la dispersión del polen de varios taxones de plantas”, afirmó Fridgeir Grímsson, botánico de la Universidad de Viena.

Polinizadoras

La mayoría de gente al pensar en un polinizador, imagina un pájaro, una abeja o una mariposa. Muy pocos consideran a la mosca, a pesar de que, en general, se la reconoce como el segundo insecto polinizador más importante.

Actualmente, las moscas con probóscides (estructuras cortas en forma de lengua), han sido pasadas por alto por completo como posibles portadoras de polen. De hecho, solo se ha observado que los némestrínidos modernos con largos apéndices chupadores se alimentan de plantas tubulares, y hasta solo de néctar.

El nuevo fósil, hallado en una antigua cantera cerca de Frankfurt, Alemania, representa una nueva especie de antigua mosca probóscide corta (Hirmoneura messelense). Al parecer esta especie tuvo bastante apetito por el polen. Los autores incluso piensan que dicho insecto polinizador alguna vez pudo haber eclipsado a las abejas.

El hallazgo

Los registros fósiles que revelan la alimentación directa de polen son extremadamente raros, no obstante la última comida de la mosca se ha conservado notablemente. Bajo el microscopio, su intestino y estómago muestran rastros de polen de al menos cuatro familias de plantas, las cuales probablemente crecieron alrededor de los márgenes del bosque de un lago antiguo.

Los investigadores de igual forma observaron pelos largos, también conocidos como setas, en el tórax o el abdomen de la mosca. Si bien no se encontró polen en ellos, el que existan sugiere su capacidad para transportarlo cuando se trasladó de flor en flor.

Otras visitan las flores con largas probóscides, las cuales generalmente se ciernen sobre las plantas para alimentarse, pero esta mosca en particular probablemente aterrizó en la parte superior de las flores.

 

De hecho, su trompa es tan corta que ni siquiera es visible. Los científicos suponen que la esconde dentro de su cabeza. Parece haberse alimentado de flores ubicadas muy juntas una con otra, eso le habría permitido caminar fácilmente entre ellas.

Los tres tipos de polen desconocidos en su estómago asimismo sugieren una dieta basada en una mezcla de plantas que crecieron cerca. “Es probable que la mosca evitara vuelos de larga distancia entre fuentes de alimento y buscara polen de plantas cercanas”, explica Grímsson.

Este descubrimiento apoya la vieja hipótesis de que, en algunos entornos tropicales modernos, las moscas que visitan las flores podrían ser al menos tan importantes como algunas abejas polinizadoras, tal vez más. El hecho encontrar polen en el estómago de una mosca antigua sugiere la posibilidad de haber sido este un papel importante para el insecto.

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