Los telómeros son estructuras que «cubren» las puntas de nuestros cromosomas y que lamentablemente se acortan cada vez que nuestras células se replican. Este desgaste eventualmente nos condena al envejecimiento. Ahora una investigación publicada en Aging, afirma haber revertido ese proceso.
Científicos israelíes dicen que han podido revertir este proceso y extender la longitud de los telómeros en un estudio que involucró a 26 pacientes. Los participantes entraron a en una cámara de oxígeno hiperbárico durante 5 sesiones de 90 minutos por semana durante tres meses. Como resultado, algunos de los telómeros de sus células se extendieron hasta en un 20%.
Los telómeros
Los telómeros son fragmentos repetidos de código que actúan en el ADN como el final de un pasador de zapatillas. Se copian a sí mismos junto con el resto de los cromosomas cada vez que una célula se divide.
Sin embargo, con cada replicación, pequeños fragmentos de código de la punta de la secuencia no logran convertirse en la nueva copia, lo que deja al nuevo cromosoma un poco más corto que su predecesor. Y, tal y como ocurre con los pasadores, eventualmente los telómeros pierden su utilidad y las secuencias de ADN comienzan a fallar.
Los telómeros más cortos ponen a las secuencias del cromosoma en mayor riesgo de mutaciones peligrosas. Estas mutaciones coinciden con cambios que nos predisponen a una serie de afecciones relacionadas con la edad, como el cáncer. Eso no quiere decir necesariamente que envejecemos porque nuestros telómeros se encogen, pero existe una conexión entre la longitud de los telómeros y la salud.
Hay muchas formas de acelerar la erosión de nuestros telómeros, como no dormir lo suficiente o comer demasiados alimentos procesados. Por otro lado, hacer ejercicio con regularidad y comer bien pueden ayudar a disminuir su pérdida. Sin embargo, lograr que los telómeros| se regeneren es una tarea mucho más complicada.
Cámara hiperbárica
Por eso el último estudio es llamativo: encontró que los telómeros en los glóbulos blancos tomados de 26 sujetos habían recuperado alrededor de una quinta parte de su longitud perdida. La clave, parece, es la terapia con oxígeno hiperbárico (TOHB). Los voluntarios absorbieron oxígeno puro en una cámara presurizada durante cinco sesiones de 90 minutos por semana durante tres meses.
La TOHB por lo general se usa con buzos que salieron demasiado rápido de las profundidades del océano, o para matar microbios sensibles al oxígeno en una herida difícil de curar. Pero los entornos ricos en oxígeno también provocan en el cuerpo una serie de cambios genéticos y moleculares que suelen ocurrir, paradójicamente, en uno con poco oxígeno.
En este estudio, los investigadores de la Universidad de Tel Aviv pudieron demostrar que los cambios genéticos provocados por el TOHB han extendido los telómeros. Además, éstos han tenido un efecto potencialmente positivo en la salud de los propios tejidos.
Aun así, se recomienda cautela y más estudios. El actual experimento se realizó en un grupo reducido de voluntarios y la TOHB suscita controversia por afirmar que podría tratar una variedad de afecciones. Muchas de ellas con sustento dudoso.