Icono del sitio Robotitus

Caral, la ciudad más antigua de América, bajo riesgo debido a invasiones

Altar del Fuego Sagrado en Caral, Perú / Wikimedia Commons

Al norte de Lima, Perú se encuentra Caral, el sitio arqueológico más antiguo de América (5 mil años). Con sus 66 hectáreas y 7 pirámides de piedra, esta antigua ciudad está considerada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin embargo, a pesar de eso, la milenaria ciudad precolombina está bajo riesgo.

Ciudad bajo riesgo

Según informa Agence France-Presse (AFP), los restos de la antigua civilización están amenazados por los ocupantes ilegales. Ellos afirman que las duras circunstancias de la pandemia del coronavirus SARS-CoV2 no les ha dejado otra opción que ocupar la ciudad sagrada.

No solo eso, la situación se ha vuelto tan mala que la arqueóloga Ruth Shady ha sido amenazada de muerte si no abandona su investigación del lugar. La famosa científica peruana fue quien descubrió el sitio de Caral. Las invasiones y la destrucción de los ocupantes ilegales comenzaron en marzo cuando la pandemia obligó a una estricta cuarentena.

“Hay gente que viene e invade este sitio, que es propiedad del Estado, y lo utilizan para plantar”, dijo a AFP el arqueólogo Daniel Mayta. “Es enormemente dañino porque están destruyendo evidencia cultural de 5.000 años”, agregó.

Caral está situado en el valle del río Supe, a unos 182 kilómetros al norte de Lima y a 20 kilómetros del Océano Pacífico al oeste. Se cree que la civilización fue pacífica y no utilizó armas ni murallas.  

Amenazas de muerte

Shady es la directora de la zona arqueológica de Caral y ha estado a cargo de las investigaciones desde 1996 cuando comenzaron las excavaciones. Ella dice que los traficantes de terrenos, que ocupan tierras estatales o protegidas ilegalmente para venderlas en beneficio privado, están detrás de las invasiones.

Según Shady, estas personas se están aprovechando de las condiciones de la pandemia para ocupar sitios arqueológicos e invadirlos. El gobierno cerró el lugar el año anterior y volvió a abrirlo recién en octubre. Los invasores aprovecharon el periodo para establecer chozas y trabajar la tierra con maquinaria destruyendo todo lo que encontraron.

La científica peruana contó que un día llamaron al abogado que trabaja con ella y le dijeron que los iban a matar si continuaba el trabajo arqueológico en el sitio. Amenazaron con enterrarlos “a cinco metros bajo tierra”, añadió la Dra. Shady. Las amenazas la han obligado a vivir en Lima bajo protección.

Terremotos

Shady, de 74 años, tiene más de 25 años trabajando en Caral intentando desenmarañar la historia social y el legado de la civilización. Por ejemplo, para saber qué técnicas de construcción utilizaron para construir edificaciones que resistieron los terremotos. “Estas estructuras de hasta cinco mil años se han mantenido estables hasta el presente”, dijo Shady.

Los habitantes de Caral entendieron que vivían en territorio sísmico. Sus estructuras tenían cestas llenas de piedras en la base que amortiguaban el movimiento del suelo y evitaban que la construcción se derrumbara.

Salir de la versión móvil