El Reino Unido se ha convertido en el primer país en autorizar el uso de emergencia de la vacuna contra la Covid-19 desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca. Esta es la segunda vacuna que el país autoriza, después de la vacuna de Pfizer.
Hasta el momento, ya ha ordenado 100 millones de dosis de la vacuna, suficiente para vacunar a 50 millones de personas. Esto se debe a que los británicos recibirán dos dosis completas de la vacuna, que en los ensayos evitaron que las personas se enfermen el 62% de las veces.
Michael Head, experto en salud global de la Universidad de Southampton, habló de la vacuna y su importancia para The Conversation.
Vacuna de Oxford/AstraZeneca
Actualmente hay tres vacunas principales: Pfizer, Moderna y Oxford. Las tres entregan parte del material genético del coronavirus a las células del cuerpo, lo que las lleva a producir copias de parte del virus, la proteína pico, contra la que el cuerpo puede preparar una respuesta inmune. Sin embargo, a diferencia de las vacunas de Pfizer y Moderna, que utilizan el ARNm, la de Oxford entrega un vector de adenovirus.
Asimismo, la vacuna de Oxford tiene una eficacia general del 62 por ciento (cuando se administran dos dosis). Esta es una cifra menor si los comparamos con el 94 por ciento de Moderna y el 95 por ciento de Pfizer. Se pensó que, con otra estrategia de dosificación, media dosis y luego una completa, se podría elevar ese 62 a un 90 por ciento. Sin embargo, las autoridades sanitarias del Reino Unido dijeron que los resultados de este régimen “no fueron confirmados por un análisis completo”.
También, la Comisión de Medicamentos Humanos del Reino Unido sugiere que una dosis brinda un 70% de protección después de 21 días, y que una segunda dosis aumenta potencialmente la efectividad a alrededor del 80%. En este caso, la segunda dosis debe administrarse 12 semanas después de la primera. Sin embargo, los datos que muestran esto aún no se han publicado.
¿Por qué es importante?
Aunque la vacuna de Pfizer está disponible y autorizada, no puede satisfacer la alta demanda que el contexto actual exige. En ese sentido, la vacuna de Oxford llega en un momento crucial, no solo para aumentar la cobertura, sino porque trae consigo dos ventajas determinantes.
A diferencia de la vacuna de Pfizer y Moderna que requieren temperaturas de -75 y -20 grados Celsius respectivamente, la vacuna de Oxford no necesita refrigeración. Esta ventaja facilita la gestión y distribución en todos los países, pero principalmente en aquellos que no tienen la infraestructura para garantizar almacenamiento a temperaturas tan bajas.
Además, el costo de la vacuna de Oxford es menor que la de Pfizer y Moderna. Con solo 2 a 3 dólares por inyección, esta vacuna se convierte en una gran opción. Por ahora, los pedidos globales de esta vacuna superan con creces a los de las demás.
Por ejemplo, Australia y Canadá ya han ordenado más de 50 y 20 millones de dosis respectivamente. En el resto del mundo ya se han reservado más de 2.500 millones de dosis. Se espera que Oxford y AstraZeneca puedan suministrar una gran cantidad de dosis durante el primer trimestre de 2021.
Todavía nos falta ver cómo será el despliegue mundial de las vacunas existentes. Sin embargo, en medio de todo lo que ha sucedido este año, tener tantas opciones es un buen augurio para el próximo año.