Un equipo de astrónomos ha descubierto un sistema planetario a 88 años luz de distancia que se encuentra en resonancia orbital casi perfecta. Este descubrimiento podría ayudarnos a comprender mejor los mecanismos de formación del sistema planetario y cómo terminan en las configuraciones que vemos.
El equipo de investigación utilizó mediciones tomadas con el espectrógrafo SOPHIE del telescopio espacial TESS. El estudio, dirigido por el astrónomo Nathan Hara de la Universidad de Ginebra en Suiza, fue publicado en Astronomy & Astrophysics.
Resonancia orbital
El sistema consta de una estrella anfitriona y unos cuantos planetas. Primero, HD 158259, la estrella anfitriona, tiene una masa igual que la del Sol, con la diferencia que es un poco más grande en volumen. Y segundo, esta estrella está orbitada por seis planetas: una súper Tierra y cinco minineptunos.
Luego de un monitoreo de seis años, los astrónomos encontraron que los seis planetas orbitan a la estrella en una resonancia orbital casi perfecta. Esto ocurre cuando las órbitas de dos cuerpos están estrechamente vinculadas, ya que los dos cuerpos en órbita ejercen una influencia gravitacional entre sí.
Uno de los ejemplos más cercanos es el caso de Plutón y Neptuno. Ambos cuerpos están en lo que se describe como una resonancia orbital 2:3. Es decir, por cada dos vueltas que Plutón da alrededor del Sol, Neptuno da tres.
En el caso de HD 158259, los astrónomos encontraron que cada planeta está en una resonancia de casi 3:2 (o 1,5) con el próximo planeta alejado de la estrella. Eso significa que por cada tres vueltas que hace cada planeta, el siguiente completa dos.
En realidad, los planetas producen proporciones de periodos de 1,57, 1,51, 1,53, 1,51 y 1,44 entre cada par de planetas. Esa no es una resonancia perfecta, pero está lo suficientemente cerca como para clasificar al HD 158259 como un sistema extraordinario.
Origen del sistema
Los investigadores creen que estas proporciones tan cercanas al 1,5 son señal de que los planetas no se formaron donde están ahora.
«Se conocen varios sistemas compactos con varios planetas en, o cerca de, resonancias, como TRAPPIST-1 o Kepler-80», explicó el astrónomo Stephane Udry de la Universidad de Ginebra. «Se cree que tales sistemas se forman lejos de la estrella antes de migrar hacia ella. En este escenario, las resonancias juegan un papel crucial».
Esto se debe a que se cree que estas resonancias se producen cuando los embriones planetarios en el disco protoplanetario crecen y migran hacia adentro, alejándose del borde exterior del disco. Esto produce una cadena de resonancia orbital en todo el sistema.
Luego, una vez que el gas restante del disco se disipa, las resonancias orbitales pueden desestabilizarse. Esto podría ser lo que estamos viendo en HD 158259. Esas pequeñas diferencias en las resonancias orbitales podrían decirnos más sobre cómo está ocurriendo esta desestabilización.