La Vía Láctea tiene un gran filamento de hidrógeno atómico gaseoso. La estructura, apodada “Maggie”, está a unos 55.000 años luz de distancia y es una de las más grandes jamás observadas en nuestra galaxia. Los detalles del fascinante descubrimiento fueron publicados en Astronomy & Astrophysics.
Un equipo internacional de científicos, dirigido por astrónomos del Instituto de Astronomía Max Planck (MPIA) realizó el hallazgo. Los autores trabajaron con datos recolectados durante el programa de observación HI/OH/Levantamiento de líneas de recombinación de la Vía Láctea (o “THOR”). El estudio fue llevado a cabo con el observatorio Very Large Array (VLA).
Con las antenas de radio del VLA, el proyecto analiza procesos como la formación de nubes moleculares. También estudia la conversión de hidrógeno atómico a molecular, los campos magnéticos de las galaxias, y demás.
Diferentes hidrógenos
El objetivo principal es determinar cómo el hidrógeno atómico (formado por un protón y un electrón) y el hidrógeno molecular o deuterio (con un protón, un neutrón y un electrón) se transforman para crear densas nubes, que dan lugar a nuevas estrellas. En este caso, solo el deuterio se condensa en nubes relativamente compactas, de las cuales emergen estrellas en algún momento.
Dado que el proceso de transformación de hidrógeno atómico a molecular es un gran misterio, el descubrimiento del filamento fue una sorpresa para el equipo. Después de todo, las nubes más grandes de gas molecular no suelen exceder los 800 años luz, pero Maggie tiene 3.900 años luz de largo y 130 años luz de ancho.
“El filamento se extiende unos 1.600 años luz por debajo del plano de la Vía Láctea”, explicó Jonas Syed, autor principal del estudio. El resultado es que la radiación del deuterio, con una longitud de onda de 21 cm, se destacó del fondo y permitió observar a Maggie. Aun así, Syed admitió no estar seguro de cómo terminó la estructura en nuestra galaxia.
Maggie
El estudio mostró que la materia del filamento tenía una velocidad de 54 km/s-1. A partir de las observaciones, determinaron la velocidad del gas hidrógeno y encontraron que casi no hay variaciones de velocidad en la estructura. Por lo tanto, llegaron a la conclusión de que Maggie es un filamento estructurado coherentemente.
A partir de datos publicados en estudios anteriores, el equipo estimó que Maggie tiene aproximadamente un 8% de hidrógeno molecular por fracción de masa. Además, se observó que el gas converge en diferentes puntos a lo largo de su estructura. Por lo tanto, creen que el gas hidrógeno se acumula en grandes bolsas en estos lugares y especulan que el gas atómico se condensará gradualmente allí en forma molecular.
Estos hallazgos confirmaron las observaciones hechas un año antes por Juan D. Soler, astrofísico de la Universidad de Viena y coautor del artículo. Curiosamente, Soler nombró al filamento en honor al río más largo de su natal Colombia: el río Magdalena (en inglés: Margaret o “Maggie”).