Un equipo de astrónomos ha resuelto una duda que tenían hace un tiempo: clasificaron a la particular roca asteroide (248370) 2005 QN173 como un cometa. El descubrimiento se realizó con la ayuda de datos de observación de los telescopios terrestres. Una preimpresión del trabajo se publicó en el sitio web arXiv.org.
Generalmente, se cree que la actividad de los cometas se debe a las grandes reservas de volátiles que permanecen en el núcleo durante mucho tiempo. Esto debido a las órbitas alargadas de los cometas, lo que les permite pasar la mayor parte de su vida en las regiones más frías del sistema solar exterior.
Sin embargo, en 2006, se descubrió una nueva clase de objetos, llamados cometas del cinturón principal. Estos han estado en órbitas estables dentro de la órbita de Júpiter durante los últimos miles de millones de años.
Hasta la fecha, los astrónomos conocen varios de estos cuerpos, su naturaleza y mecanismos de actividad aún no tienen una explicación clara. El interés por ellos también se debe a que se les considera como posibles proveedores de agua para la joven Tierra en un pasado lejano.
Asteroide-cometa
Ahora, un grupo de astrónomos dirigido por Henry H. Hsieh del Instituto de Planetas de EE.UU. ha publicado los resultados de un análisis de datos de observaciones del inusual asteroide (248370) 2005 QN137. Los signos de su actividad fueron descubiertos en julio de este año como parte de la Encuesta ATLAS.
Los científicos trabajaron con datos del Telescopio Hale en el Observatorio Palomar y el Telescopio FTN en el Observatorio Haleakala. De igual forma usaron el Telescopio Lowell y los telescopios en el Observatorio Las Cumbres y el Observatorio Astronómico de Sudáfrica de julio a agosto de 2021.
Concluyeron que el asteroide puede clasificarse como cometa en el cinturón principal debido a sus propiedades. Su órbita se encuentra en la parte exterior del cinturón principal y su núcleo tiene 3,2 kilómetros de ancho.
2005 QN137 tiene una coma y una cola de cometa, cuya longitud en julio de 2021 era de más de 720 mil kilómetros, mientras que su ancho se estimó en 1400 kilómetros. La coma está dominada por polvo, no por gas, cuyo brillo disminuyó en una magnitud de 0,35 durante 37 días de observaciones. Además, el brillo de la cola de polvo se mantuvo prácticamente constante durante este período.
Más estudios
Los investigadores creen que la velocidad final de las partículas que vuelan desde la superficie del núcleo del cometa es extremadamente baja. Aproximadamente un metro por segundo para partículas de tamaño micrométrico. Esto sugiere que la rotación rápida del núcleo u otros procesos pueden contribuir a las emisiones de polvo.
Es posible confirmar lo anterior durante una futura campaña de observación planificada para febrero-septiembre de 2026, cuando 2005 QN137 pase su próximo perihelio. “El monitoreo durante este tiempo será extremadamente valioso para confirmar aún más la naturaleza recurrente de la actividad de 248370”, afirmaron los autores. La investigación ya ha sido aceptada en The Astrophysical Journal Letters.