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Aprender música a temprana edad hace que se desarrollen mejores conexiones cerebrales

Aprender a tocar un instrumento musical ha demostrado ser beneficioso para los niños / PxHere

Los beneficios de aprender música a partir de una temprana edad se conocen desde hace un tiempo. Los niños con conocimiento musical pueden leer mejor, almacenar recuerdos y pronunciar diferentes idiomas con facilidad. Ahora, una investigación publicada en Journal of Neuroscience revela más evidencia sobre este fenómeno.

El análisis realizado por la Universidad de Zurich encontró que aprender música de manera precoz hace que el cerebro esté más conectado. Dicha destreza induce una plasticidad neuronal capaz de mejorar las capacidades neurológicas más allá de la música misma.

En el estudio, los investigadores encontraron que los cerebros musicales tienen conexiones estructurales y funcionales más fuertes en comparación con los no músicos. Esta mayor interconexión se extiende entre los hemisferios cerebrales y dentro de ellos. Además, es especialmente fuerte en las áreas del cerebro responsables de procesar sonidos como la música y el habla.

La música no es la única práctica que impulsa estas conexiones, ni la interconexión es un beneficio que solo experimentan los jóvenes. También ocurre con otras habilidades desafiantes como el ballet, el golf y el ajedrez.

El estudio

Estudios previos han explorado cómo la música influye en la estructura y función del cerebro, pero muchos han sido relativamente pequeños. Esto lamentablemente limitaba sus implicaciones más amplias.

En este nuevo estudio, el equipo dirigido por los neuropsicólogos Lutz Jäncke y Simon Leipold reclutó a 103 músicos profesionales y 50 no músicos. Cincuenta y uno de los músicos poseían un tono absoluto, la rara y codiciada capacidad de identificar un tono sin una referencia. Esta es la muestra más grande hasta la fecha.

El equipo utilizó imágenes de resonancia magnética funcional en estado de reposo, imágenes de resonancia magnética estructural e imágenes de tensor de difusión para calcular las conexiones dentro de los cerebros de los participantes.

Usando técnicas de aprendizaje automático, el equipo posteriormente comparó los escáneres cerebrales entre músicos, músicos con tono absoluto y no músicos. Jäncke y compañía encontró redes cerebrales similares entre quienes tocaban música.

Cerebros musicales

Los dos grupos de músicos mostraron redes muy similares en todos los análisis. El equipo no vio una diferencia significativa entre los músicos habituales y los que tenían un tono absoluto.

Los cerebros de los músicos estaban mucho más conectados estructural y funcionalmente que los otros cerebros, especialmente en las áreas responsables del habla y el sonido (las cortezas auditivas de ambos hemisferios). Estas conexiones indudablemente mejoran sus habilidades musicales.

El grupo de los músicos igualmente mostró conexiones más fuertes desde las cortezas auditivas a otras áreas del cerebro en la corteza frontal, parietal y temporal. Se sabe que estas regiones están involucradas en el control de funciones cognitivas superiores como la memoria, la memoria de trabajo y las funciones ejecutivas.

Este hallazgo sugiere que las conexiones más fuertes de la experiencia musical pueden tener “efectos de transferencia” en otros dominios como en los idiomas. Además, estas conectividades se hicieron más fuertes cuando los músicos comenzaron con la práctica musical.

Finalmente, los hallazgos refuerzan la evidencia de que aprender cosas nuevas, sobre todo a tocar un instrumento musical, tiene efectos positivos en el cerebro joven.

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