Un equipo de científicos descubrió una variante genética que protege contra el síndrome COPA, una enfermedad rara que afecta los pulmones, las articulaciones y los riñones. Este hallazgo podría llevar a una terapia genética revolucionaria.
El doctor Anthony Shum, neumólogo de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), ha investigado el síndrome COPA por más de 15 años. Algunas personas con la mutación COPA desarrollan síntomas graves, mientras que otras permanecen sanas.
El misterio se resolvió cuando Shum y su equipo identificaron la variante genética HAQ-STING, que actúa como un escudo contra la enfermedad. Publicaron su estudio en el Journal of Experimental Medicine.
Los investigadores descubrieron que algunos familiares de pacientes con síndrome COPA no desarrollaban la enfermedad porque tenían esta variante protectora. Para comprobarlo, introdujeron HAQ-STING en células pulmonares enfermas y vieron cómo mejoraban.
«Creemos que HAQ-STING puede convertirse en una terapia genética y acercarnos a una cura», explicó Shum. Este descubrimiento significa esperanza para muchas familias afectadas por la enfermedad.
Todo comenzó en 2011, cuando Shum atendió a Letasha, una joven con hemorragia pulmonar severa. Su madre le contó que su otra hija, Kristina, tenía los mismos síntomas desde pequeña.
Shum empezó a investigar y descubrió que más miembros de la familia, incluso primos lejanos en Texas y Oakland, tenían problemas similares. Algo genético estaba detrás de estos casos.
En 2015, junto con colegas de Baylor College of Medicine y Texas Children’s Hospital, Shum encontró la causa: una mutación en el gen COPA. Sin embargo, algunos portadores no enfermaban.
En 2020, mientras estudiaba la mutación COPA, Shum notó que el gen STING se activaba sin control en los pacientes. Esto provocaba inflamación y daños en los pulmones y riñones.
Aquí entró en escena HAQ-STING. Esta variante genética, presente en un tercio de la población, parecía neutralizar el efecto dañino del COPA mutado. Pero había que comprobarlo científicamente.
Shum pidió ayuda a las familias afectadas. Letasha, Kristina y su madre Betty participaron en los estudios, donaron muestras y se sometieron a pruebas para avanzar en la investigación.
El equipo secuenció el gen STING en 26 pacientes con síndrome COPA y en 9 familiares sanos. Descubrieron que todos los familiares sanos tenían HAQ-STING, mientras que los enfermos no.
Este es el primer caso documentado de un gen común que protege completamente contra una enfermedad genética grave. El siguiente paso fue probar si HAQ-STING podía usarse como tratamiento.
Los investigadores introdujeron HAQ-STING en células pulmonares de pacientes con síndrome COPA. Las células, que antes estaban dañadas, recuperaron su equilibrio inmunológico, lo que sugiere un camino hacia una futura terapia.
Shum cree que en el futuro podríamos aplicar esta terapia en bebés diagnosticados prenatalmente o incluso en adultos a través de un aerosol para proteger sus pulmones.
Días antes de publicar el estudio, Shum llamó a Betty para darle la noticia. Le explicó que había estado sana por más de 60 años gracias a HAQ-STING.
Ella, emocionada, llamó a sus hijas. Pasaron la tarde llorando de alegría. Finalmente entendían por qué su familia había sufrido tanto. Y, lo más importante, veían una esperanza para el futuro.