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Ahora sabemos por qué algunos meteoritos metálicos tienen un campo magnético minúsculo

los meteoritos

Meteorito black beauty encontrado en el desierto del Sahara de Marruecos / Institute of Meteoritics, UNM

Los meteoritos metálicos, especialmente aquellos compuestos por hierro, han despertado la curiosidad de los científicos durante mucho tiempo debido a su inherente magnetismo. Este, a pesar de no ser excepcionalmente intenso, proporciona información sumamente valiosa sobre sus orígenes.

Sin embargo, el uso de imanes por parte de los cazadores de meteoritos puede borrar inadvertidamente estas historias magnéticas, eliminando así datos científicos cruciales. Ahora, un estudio publicado en PNAS, ha logrado desentrañar el proceso de formación de este magnetismo.

 

Campos magnéticos 

Los meteoritos se vuelven magnéticos cuando se forman en presencia de un campo magnético. Los granos de hierro dentro del meteorito se alinean con el campo magnético externo, dotando al meteorito de sus propias propiedades magnéticas. Por ejemplo, el meteorito Belleza Negra debe su magnetismo al potente antiguo campo magnético de Marte.

Resulta curioso que algunos meteoritos presenten magnetismo a pesar de no haberse formado en un campo magnético intensamente fuerte. Estos casos suelen involucrar a los meteoritos de hierro, que se clasifican según su composición química, como la proporción de níquel con respecto al hierro.

Un tipo particular, conocido como IVA, que se cree proviene de fragmentos de asteroides más pequeños, encaja en esta categoría. Los asteroides pequeños, que carecen de fuertes campos magnéticos, no deberían producir meteoritos IVA magnéticos, aunque muchos sí presentan esta propiedad.

 

Otro proceso 

Los asteroides pequeños se forman a través de un proceso conocido como el método de la pila de escombros, en el cual pequeños fragmentos de roca ricos en hierro se acumulan gradualmente con el tiempo.

Por otro lado, para que un cuerpo celeste sea capaz de generar un campo magnético de considerable intensidad, necesita contar con hierro en estado líquido para instaurar un efecto dínamo. Los asteroides pequeños no experimenten esto, de forma que no deberían poseer campos magnéticos. Aun así, sorprendentemente, los tienen.

Los asteroides están sujetos a colisiones con el tiempo. Estos impactos no solo dan origen a fragmentos que se transforman en meteoritos que llegan a la Tierra, sino que también tienen el potencial de generar un proceso de dinamo magnético en el interior del asteroide. Si un cuerpo lo bastante grande como para derretir una capa de material cerca de la superficie del asteroide pero no lo suficiente como para romperlo lo impacta, se desencadenará una secuencia de eventos.

La capa fundida que rodea un núcleo de escombros fríos calienta dicho núcleo. Los elementos más ligeros se evaporan del núcleo y se desplazan hacia la superficie, removiendo las capas y generando convección. Esta convección de hierro da lugar a un campo magnético, que queda impreso en diversas partes del asteroide. Las colisiones subsiguientes pueden generar fragmentos con propiedades magnéticas.

 

Importancia 

En consecuencia, el magnetismo presente en los meteoritos IVA no surge como resultado directo de la formación original de su asteroide progenitor. Más bien, su origen radica en las colisiones subsiguientes que agitaron su núcleo. Este conocimiento nos permite entender mejor la historia de nuestro sistema solar y cómo ciertos eventos pudieron haber inducido colisiones de asteroides más frecuentes.

De esta manera, regresando al punto de partida, la búsqueda de meteoritos no debería involucrar el uso de imanes manuales. La acción de localizar un meteorito podría alterar o eliminar el rastro de sus colisiones pasadas, resultando en la pérdida de información científica sumamente valiosa.

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