Los perros, a diferencia de los lobos, tienen una habilidad innata para entender a los humanos

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Los perros, a diferencia de los lobos, tienen una habilidad innata para entender a los humanos

(GoogleImages)

No por poco es el mejor amigo del hombre, el compañero fiel. Los perros tienen una habilidad innata para entendernos, una que no poseen sus parientes silvestres, los lobos. Esto según una investigación publicada en la revista Current Biology.

Especialistas en cognición y antropología evolutiva señalan que, incluso cuando los cachorros de lobo son criados cuidadosamente por humanos y alimentados a mano durante semanas, se muestran asustadizos con los extraños, hacen poco contacto visual y no responden a los gestos básicos.

En Junio fue publicado otro estudio, también en Current Biology, considerando a 375 cachorritos de 8 semanas y media en promedio. En él se demostraba que los perritos nacen «preparados» para socializar con humanos, debido a que el 40% de la capacidad de un cachorro canino para comunicarse con los humanos es genética.

Hanna Salomons, especialista en cognición de la Universidad de Duke, afirma que «los perros nacen con esta habilidad innata de entender que nos estamos comunicando y tratando de cooperar con ellos».

El trabajo con perros y lobos

Ahora los científicos realizaron una serie de experimentos con 37 lobos y 44 perros en total, mostrando un claro contraste entre el comportamiento de ambos mamíferos. Los perritos tenían cinco veces más probabilidades de acercarse a un cuidador familiar en una habitación y 30 veces más probabilidades de acercarse a un extraño en comparación con los cachorros de lobo.

«En el caso de los cachorros de perro con los que trabajamos, si entras en su recinto, se juntan y quieren treparse y lamer tu cara. Mientras tanto, la mayoría de los cachorros de lobo corren a la esquina y se esconden», dice Salomons. De igual forma, los perritos miraban a los investigadores con más frecuencia que los lobos, haciendo contacto visual cuando no entendían ciertas partes de los experimentos.

Luego, utilizaron deliciosas golosinas para trabajar con 26 lobos y 31 cachorros de perros perdigueros. Así observaron que ninguno de los 26 lobos del estudio fue capaz de averiguar de manera consistente lo que significaba cuando un humano en la habitación señalaba con el dedo o indicaba la ubicación de una golosina con un objeto.

No obstante, la interacción con los perros fue distinta. De los 31 cachorros de perro perdiguero (criados con mucho menos contacto humano), 17  tenían una mejor idea de lo que el dedo trataba de señalar. Más de la mitad del grupo se dirigía siempre al cuenco señalado. Algunos incluso lo hicieron bien en la primera ronda.

La domesticación

Las marcadas diferencias en el comportamiento apuntan a una larga historia de cambios evolutivos, que comenzaron hace más de 12 mil años con la domesticación de los primeros perros. A lo largo de miles de años, al parecer, hemos tomado al lobo tímido y lo hemos convertido en un compañero cariñoso, seleccionando los rasgos de los lobos que hemos considerado más ventajosos.

«Este estudio realmente solidifica la evidencia de que el genio social de los perros es producto de la domesticación», dice el antropólogo evolutivo Brian Hare de la Universidad de Duke y, agrega que esto no quiere decir que los perros no aprendan a comunicarse con los humanos. De hecho, pueden y lo hacen, incluso con la edad se vuelven más hábiles para aprender gestos humanos. Asimismo, los cachorros de lobo son capaces de aprender a confiar en los humanos con el tiempo.

Antes de esta selección, cualquier interacción humano-lobo estaba limitada por la respuesta de vuelo de los lobos», sugieren los investigadores. «Una vez que la atracción reemplazó al miedo, las habilidades sociales heredadas se aplicaron a los humanos de una manera nueva y al principio del desarrollo«.