El sentimiento es casi universal: escuchar nuestra música favorita puede provocar emociones intensas. Y ahora, un estudio publicado en Frontiers in Neuroscience ha analizado los patrones de actividad cerebral asociados con los placenteros escalofríos musicales.
Los investigadores de la Universidad de Borgoña utilizaron un dispositivo de electroencefalografía (EEG) de alta densidad. Con este equipo midieron las ondas de actividad eléctrica en el cerebro de personas mientras escuchaban música con auriculares y electrodos en el cuero cabelludo.
El experimento
El equipo pidió a 11 mujeres y 7 hombres (que dijeron solían experimentar oleadas de placer musical) que escuchen una colección de 15 minutos de fragmentos de sonido de 90 segundos. Los investigadores tomaron algunos extractos de la música inductora de escalofríos favorita de los participantes, y seleccionaron otras grabaciones.
Investigaciones previas han demostrado que los escalofríos musicales ocurren en dos fases. La anticipación antes del pico de escalofríos a medida que la música crece y el placer aumenta, seguido de un segundo pico de placer.
Los participantes del estudio, equipados con un EEG, informaron cuando sintieron que se acercaba un escalofrío. Se registraron más de 300 escalofríos, cada uno con una duración de aproximadamente 9 segundos en promedio.
Pero al observar las lecturas del EEG, los investigadores también pudieron detectar otros escalofríos fuera de los momentos predichos. Y los resultados de algunas personas tuvieron que excluirse del análisis si, por ejemplo, experimentaron cero escalofríos durante los experimentos.
Además, los investigadores no encontraron relación entre la cantidad de escalofríos experimentados y los años de entrenamiento musical que una persona puede haber tenido. Esto quiere decir que incluso si alguien no tiene talento musical, puede sentir estos picos de placer.
Más estudios
Un análisis más detallado de los resultados del EEG mostró que cuando los participantes experimentaron un escalofrío y aumentaron sus índices de excitación, la actividad cerebral también aumentó en la corteza prefrontal, el lóbulo frontal del cerebro.
Usando un algoritmo, los investigadores rastrearon esta actividad, en la superficie del cerebro, hasta una activación de la corteza orbitofrontal. Esta es una región del cerebro que se encuentra por encima de las cuencas de los ojos, integra experiencias sensoriales y procesa las emociones.
El equipo también identificó dos patrones específicos de escalofríos asociados con la actividad en el área motora suplementaria del cerebro medio (o SMA) y el lóbulo temporal derecho, una región que procesa los sonidos y puede estar relacionada con la apreciación musical. Estos resultados concuerdan con estudios previos, que muestran una activación que desencadena los sistemas de recompensa del cerebro y la liberación de dopamina.
Ahora los investigadores quieren usar instrumentos EEG inalámbricos transportables para realizar estudios en otros contextos. Por ejemplo, podrían medir el placer musical en un concierto o en un espectáculo en vivo. Sin duda el estar acompañado de un grupo u amigos podría arrojar resultados interesantes.