Los envases de plástico que se consideran «seguros» están liberando miles de millones de diminutas partículas en los alimentos que contienen al ser calentados en el microondas. Esta alarmante revelación ha sido publicada en Environmental Science & Technology.
Los científicos de la Universidad de Nebraska-Lincoln se enfocaron en los envases de alimentos para bebés fabricados con polipropileno y polietileno. Ambos materiales han recibido luz verde de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) por su considerada seguridad.
Sin embargo, tras someter estos envases a un calentamiento en el microondas por tan solo tres minutos, los líquidos en su interior exhibieron trazas significativas de microplásticos e incluso nanoplásticos.
Miles de millones
Los números que se presentan son realmente asombrosos. A partir de un minúsculo centímetro cuadrado de plástico, podrían desprenderse hasta 4,22 millones de microplásticos y 2110 millones de partículas de nanoplásticos en el breve periodo de tiempo en el que se someten al microondas.
«Cuando nos disponemos a consumir alimentos específicos, generalmente contamos con información sobre su contenido calórico, niveles de azúcar y otros nutrientes. No obstante, considero que es igualmente fundamental tener conciencia de la cantidad de partículas de plástico que están presentes en nuestros alimentos», señala el ingeniero civil y ambiental Kazi Albab Hussain.
Además, el estudio desveló que calentar agua o productos lácteos en el microondas utilizando estos recipientes de plástico resultaba en las concentraciones más altas de partículas liberadas. Lo mismo ocurrió con la refrigeración y el almacenamiento a temperatura ambiente, solo que los números fueron significativamente más bajos.
Consecuencias
La verdadera pregunta es: ¿Qué impacto pueden tener estas diminutas partículas en nuestra salud? Algunos estudios sugieren un posible daño a nuestros intestinos y procesos biológicos esenciales. Sin embargo, el consenso actual es que los científicos aún no han determinado el alcance total de su impacto.
Aun así, la preocupación está en constante aumento. Los investigadores han examinado células renales embrionarias expuestas a estas partículas plásticas, obteniendo resultados alarmantes. En concreto, se observó que un impresionante 77% de las células renales expuestas a niveles elevados de plástico experimentaron la muerte celular.
Si bien esto no se traduce directamente en los efectos sobre los riñones humanos, sí destaca la toxicidad potencial de estas partículas, especialmente en los cuerpos en desarrollo.
Medidas
Las implicaciones más amplias de estos hallazgos son claras. Nuestra dependencia de los plásticos, especialmente en el contexto del almacenamiento y la preparación de alimentos, podría ser más dañina de lo que pensábamos anteriormente. El futuro podría demandar la inclusión de etiquetas que certifiquen la condición «libre de microplásticos» en los productos.
Los plásticos nos brindan comodidad, pero no podemos obviar los riesgos potenciales que representan para la salud. Resulta esencial llevar a cabo investigaciones adicionales con el fin de comprender alcance total del problema. Hasta entonces, sería prudente reconsiderar nuestros hábitos relacionados con el uso del microondas.
