Del mismo modo que las ballenas se comunican entre ellas mediante chasquidos y las abejas con danzas, los chimpancés han desarrollado un método de comunicación bastante peculiar. El estudio que recaba la información ha sido publicado en la revista Animal Behaviour.

Estudio

Por años, los científicos tenían conocimiento del comportamiento de tamborileo de los chimpancés, pero parece ser que ese patrón es único para cada macho. Se cree que las raíces de los árboles operan como una suerte de red social para ellos: cada golpe, con manos o pies, sobre ellas retumba a través del bosque. Ese sonido les sirve para transmitir información por largas distancias mientras viajan. Dichos tamborileos permitieron a los investigadores reconocer y diferenciar a los chimpancés que los producían.

El equipo grabó 273 comunicaciones a distancia entre 8 chimpancés en un bosque en Uganda y examinaron la estructura acústica de sus golpes. Se tomó especial consideración en aspectos como el número de golpes, su duración, el intervalo de tiempo entre cada uno de ellos y las vocalizaciones que los acompañan.

Resultados

Descubrieron que, cuando los chimpancés viajaban dentro de grupos pequeños, era más frecuente ver esta acción de tamborileo. Los golpes les ayudaban a diferenciar a los individuos dentro de dichos grupos, por lo que también podrían servir como una herramienta de reclutamiento o de monitoreo de miembros distantes del grupo.

Sin embargo, cuando los chimpancés se mantenían en una posición fija o no viajaban, tal comunicación se daba con menor frecuencia. Esto puede deberse a que los chimpancés no quieren compartir su identidad, pues podrían llamar la atención de individuos con mayor rango o competidores que pudieran acercarse y desafiarlos.

Este nuevo descubrimiento contribuye a responder porqué los chimpancés se saludan, pero no parecen despedirse. Quizá, ya que pueden mantenerse en contacto a larga distancia, no hay necesidad de decirle adiós a un compañero.