La iridiscencia en los animales es uno de los grandes misterios de la biología. Preciosos, inusuales y llamativos colores han evolucionado en todo el reino animal de manera independiente y es difícil de explicar el porqué; salvo en algunos casos en los que la selección sexual es evidente. En las aves, podemos ver que varias especies tienen un claro dimorfismo sexual, los machos más llamativos serán, claramente, los más deseados.
Sin embargo, la selección sexual no explica porqué algunos insectos son iridiscentes solamente en su fase larval, o porqué en otras especies tanto hembras y machos exhiben la iridiscencia.
Bichos altamente reflectantes
Para entender este fenómeno, un grupo de biólogos llevó a cabo un experimento con pollos, los cuales obviamente no brillan, pero se sienten fuertemente atraídos por los deliciosos escarabajos joya (Sternocera aequisignata). En el análisis se emplearon insectos tanto reales como artificiales con un bocadillo dentro.
«Uno de los desafíos al estudiar las funciones de una coloración estructural altamente reflectante ha sido separar los efectos de la variabilidad de los colores, que es el sello distintivo de la iridiscencia, de los efectos de simplemente tener varios colores al mismo tiempo. De igual forma, distinguir los efectos de brillo de los efectos de iridiscencia», explica Karin Kjernsmo, bióloga evolutiva de la Universidad de Bristol.
Con los problemas delimitados, buscaron resolverlos empleando aves que nunca antes habían visto bichos así de raros y coloridos. Les presentaron falsas alas con diferentes combinaciones de colores. Algunas eran mates con un degradado estático, brillante con un degradado estático, mate con tonos cambiantes o brillante con tonos cambiantes.
Los pollos no dudaron en atacar a la «presa» que mostraba múltiples colores a la vez, pero sí lo pensaron dos veces antes de atacar a las que su color cambiaba iridiscentemente. El brillo también produjo una reacción similar, pero no tan fuerte como la de los cambios de color. Al no tener experiencia previa con la iridiscencia, ese comportamiento fue instintivo.
«Por primera vez, logramos probar de manera efectiva cada uno de estos dos efectos por sí solos. Aquí hemos demostrado que tanto la iridiscencia como el brillo pueden proteger a las presas incluso después de la detección, proporcionando otra explicación adaptativa para la evolución y la existencia generalizada de iridiscencia«.
La iridiscencia como señal de alerta
De seguro te estarás preguntando, ¿cómo los colores brillantes y atractivos pueden proteger a los insectos? Aunque todavía se requiere más investigación para comprender y explicar completamente el fenómeno, ya en el 2020 el mismo equipo presentó evidencia que respalda su hipótesis.
«Esta es una idea muy antigua, pero nunca antes había sido demostrada. Creo que simplemente fue descuidada u olvidada«, dijo Kjernsmo en el 2020.
«Nuestros resultados son importantes porque demuestran que incluso cuando las presas se presentan de cerca y contra un fondo en el que no se mimetiza, la iridiscencia puede conferir un beneficio de supervivencia al inducir vacilación o incluso, como se observa a veces, una respuesta de aversión en las aves que atacan«.
Estos resultados en el futuro deberían demostrarse en condiciones naturales, pero los investigadores explican que la aversión probablemente se deba a una forma de aposematismo, un fenómeno que ocurre cuando los animales usan los colores como alerta de su naturaleza venenosa (quizá te recuerde a esas ranitas bonitas pero peligrosas).
Para probar esta hipótesis, «estudios futuros deberán establecer la frecuencia con la que ocurre la combinación de iridiscencia y defensas secundarias”.